MADRID
Vuelta para el debutante Ortiz con una deslucida novillada de El Pilar
El muy deslucido juego de los novillos de El Pilar, flojos y muy descastados, arruinó el resultado final de la novillada previa a San Isidro.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Sergio Felipe volvía a Madrid al cabo de seis años, y después también de haber dejado muy buen ambiente en la tarde de su reaparición el pasado año en Albacete tras casi un lustro alejado de los ruedos por un grave y repentino problema familiar que le hizo hasta quitarse del toreo.
Y, a decir verdad, la tarde de hoy no le ayudó en nada por varios motivos. Primero, su propio ánimo; y segundo, y más grave aún, por el infame envío que mandó hoy a Las Ventas el hierro salmantino de El Pilar, una de las peores novilladas que se recuerdan en mucho tiempo en el Foro, tanto por presencia como por esencia.
Y es que una cosa es la ya consabida costumbre de traer a Madrid novilladas con apariencia y cuajo de auténticas corridas de toros para cualquier plaza de segunda y muchas también de primera, y otra cosa fueron los "becerros" que salieron de chiqueros, animalitos sin remate alguno y muy lavados de cara, que, además, adolecieron de un mínimo de fuerzas y casta brava.
Si acaso podría salvarse de la quema el primero, manejable sobre todo por el derecho, por donde repitió con buen son. Por el izquierdo también se dejó, aun costándole más descolgar. Y el albaceteño estuvo lo que se dice correcto en una labor en la que se le vio fácil pero sin pisar del todo el acelerador, como conformándose con estar aseado.
Peor fue lo del cuarto, un novillo un punto incómodo por gazapón y por ir con la carita suelta, pero sin maldad, al que Felipe no supo meterle mano, sin pasar de las meras probaturas y optando finalmente por tirar por la calle del medio.
Quizás le pesó el largo tiempo que ha estado parado, la responsabilidad de volver a pisar el ruedo de Madrid, pero el caso es que el de Alcodozo hoy no estuvo a la altura de lo que un día proyectó que podía llegar a ser.
El primero del debutante Héctor Gutiérrez fue devuelto por inválido. En su lugar salió un sobrero de Sánchez Herrero que llevó una lidia tan desastrosa que lo que propició es que acabara haciéndose amo y señor de la situación ya en banderillas.
El mexicano no lo vio en ningún momento en una faena sin orden ni estructura, muy tropezada y deslavazada, abrochada, eso sí, de una buena estocada.
El quinto fue, como todos sus hermanos titulares, otra birria que, además, no tuvo ni un pase. Gutiérrez pagó la novatada pero bien, primero por los dos volteretones que se llevó en el saludo de capote, y después por el trago que pasó para sortear las tarascadas del morucho en el último tercio.
El otro debutante de la tarde, Alfonso Ortiz, no tuvo tela para cortar en su primero, tan escaso de presencia como de fortaleza, que, precisamente por esto último, no se empleó y se defendió en el último tercio. El madrileño, que lo intentó por uno y otro lado, no le quedó otra que quitárselo del medio con brevedad y de un feo bajonazo.
El sexto fue otro inválido al que Ortiz pegó alguno suelto de cierta compostura dentro de otro trasteo de muy poco contenido, quede dicho que por falta de oponente, de ahí que no tenga sentido, ni valor, la vuelta al ruedo que se marcó.
Y es que hay una moda muy dañina, sobre todo en los novilleros, de tratar de acaparar titulares a toda costa, haya habido méritos o no, de buscar y forzar un reconocimiento que no se han ganado. En este caso, evidentemente, no los hubo.
Y la culpa, más que del torero en cuestión, muchas veces proviene de la ausencia de profesionales a su alrededor que sepan frenarles, sean consecuentes con la realidad del momento, les pongan lo pies en el suelo y les aconsejen que saber taparse, en ocasiones, es lo mejor que pueden hacer.
Madrid, domingo 12 de mayo de 2019. Menos de un cuarto de plaza.
Cinco novillos de
, muy justos de presentación y, salvo el manejable primero, en general de poco juego. Sin fuerza alguna, tercero y sexto; gazapón y un punto incómodo, el cuarto; y el barrabás que hizo quinto directamente no tuvo un pase. El segundo fue un sobrero de Hermanos Sánchez Herrero, sin clase.
Sergio Felipe, ovación tras leve petición y silencio.
Héctor Gutiérrez, silencio y palmas.
Alfonso Ortiz, silencio y vuelta por su cuenta.
Parte médico de Héctor Gutiérrez: "Puntazo en terco medio, cara interna del muslo derecho; y policontusiones. Pronóstico leve".