La zurda de García Pulido y la bravura de Montealto cotizan al alza en Las Ventas

Uno volverá por San Isidro. Será el hierro de Montealto con una novillada completa. El otro tendrá que esperar al verano nocturno para poder repetir en Madrid. Será Guillermo García Pulido. La combinación de ambos deparó lo más jugoso de una novillada de ganaderías madrileñas en el que algunas embestidas no terminaron de ser apuradas por los debutantes en este día de San José Obrero.

No podían fallar las hechuras del de Montealto que saltó en segundo lugar. Y no fallaron. Tras empujar en el peto, rompió a embestir con temple, clase y profundidad. Especialmente por el pitón izquierdo, con un tranco de más en sus viajes. Y por ahí fue por dónde le cuajó García Pulido. El toledano, muy atalonado, tiró con largura del novillo. Firmeza y empaque. Bordó los de pecho además. En redondo el novillo se daba con nobleza pero sin la excelencia del otro pitón. Por eso, en el final de faena insistió de nuevo por ese lado Pulido. La estocada, arriba y perfectamente ejecutada, le valió para pasear una oreja de peso que nadie discutió.

No pudo redondear su actuación con el inválido quinto de El Retamar. Fue todo un querer y no poder. Del novillo y del novillero. Llegó a echarse el animal antes de que lo levantase Pulido para asaetearlo de una estocada chalequera que hizo guardia.

Gustaron las hechuras del primero de Guerrero y Carpintero. Con su seriedad y su trapío compensado. Derribó en su primer encuentro y salió de la suerte de varas metiéndose por dentro cuando le presentaban los engaños por el pitón derecho. Ese mismo defecto se amplificó en el inicio de faena del del debutante Álvaro Seseña. Sin embargo, después mejoró y comenzó a embestir con buen aire, aunque sin humillar, por ese lado. Le costó cruzar la frontera al novillero madrileño para llegar más al tendido. Con la espada no lo vio claro.

El cuarto de Juan Luis Peña estuvo cogido con alfileres en cuanto a fuerzas pero desarrolló nobleza y enclasadas embestidas en el último tercio. Seseña volvió a hacer el esfuerzo pero no le llegó para que su quehacer trascendiese más allá de la corrección que lo presidió. La ovación final se le llevó el novillo camino del desolladero.

Bajo de viga salió el tercero de Villanueva, un utrero que manseó en los primeros tercios pero que rompió a embestir con prontitud y emotividad en el de muleta. Víctor Cerrato, que también hacía su primer paseíllo en Madrid, se mostró solvente y con el oficio aprendido. Supo resolver cuando el novillo apretó en sus embestidas, aunque faltó un punto de sometimiento y ajuste. Todo lo igualó el mal uso de la espada.

El sexto de Zacarías Moreno fue un animal más propio de la capea celebrada el sábado en Las Ventas que de un festejo serio como el de hoy. Paletorro, sin perfil, vareado de carnes… En novillo se comportó de manera deslucida y desclasada. Los hachazos a la muleta de Cerrato iban y venían gobierno alguno. Tras un pinchazo, llegó una estocada saltando sobre el morrillo del novillo de la que salió volteado el de Leganés y rodado el de Montealto. El shock por lo vivido hizo que hubiese una petición de oreja que no llegó a mayoritaria. La vuelta al ruedo premió el emotivo momento.

Madrid, lunes 1 de mayo de 2023. 2ª Feria de la Comunidad. Media plaza (10.109 espectadores según la empresa)

Novillos, por este orden, de Guerrro y Carpintero, manejable en la media altura; Montealto, de preciosas hechuras y de juego bravo, encastado y noble; Villanueva, encastado y a más en la muleta; Ángel Luis Peña, flojo pero de buena clase; El Retamar, de muy poca fortaleza; Zacarías Moreno, feo de hechuras y descastado.

Álvaro Seseña, silencio y silencio tras aviso.

Guillermo García Pulido, oreja y silencio.

Víctor Cerrato, silencio y vuelta al ruedo.