NATURALEZA AGUA
Del arroyo al grifo: La hoja de ruta del preciado agua en vizcaína Urdaibai
El agua es un bien preciado y valorado en una zona con déficit de este recurso como es la vizcaína, de la Reserva de la biosfera de Urdaibai, en cuyos ríos y arroyos inicia el viaje hasta llegar al caserío más alejado del lugar y salir potable del grifo, previa parada obligatoria para su tratamiento.
Publicado el - Actualizado
5 min lectura
El agua es un bien preciado y valorado en una zona con déficit de este recurso como es la vizcaína, de la Reserva de la biosfera de Urdaibai, en cuyos ríos y arroyos inicia el viaje hasta llegar al caserío más alejado del lugar y salir potable del grifo, previa parada obligatoria para su tratamiento.
El abastecimiento de agua a la población de la comarca de Busturialdea-Urdaibai no se realiza a través de sistemas basados en embalses, sino mediante unos 60 puntos de captación entre ríos, arroyos y manantiales repartidos por la zona, cuyo caudal suele reducirse en verano por la escasez de lluvias.
En algunas de estas captaciones, el centro de investigación y desarrollo agroalimentario y ganadero Neiker lidera el proyecto Life Urbaso centrado en la calidad del agua, en el que también participan la UPV/EHU, el Centro Vasco de Investigación del Cambio Climático BC3, el Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia y la Agencia Efe.
EL AGUA COMIENZA VIAJE
En esos arroyos y manantiales inicia su itinerario el agua que abastece a los hogares de los habitantes de la comarca, después de haberla sido sometido a su potabilización en alguno de los siete sistemas de tratamiento con que cuenta el lugar.
Según ha explicado a Efe el subdirector de Explotación de Abastecimiento del Consorcio de Aguas vizcaíno, Iñigo Otaola, las captaciones de agua de las que se abastece la población de Urdaibai son en su mayoría superficiales y "adolecen de problemas como la disponibilidad de recurso en tiempo de estiaje".
"Cuando hay ausencia de precipitaciones se secan con notable rapidez y cuando hay precipitaciones muy importantes tenemos problemas de calidad con enturbiamiento de los recursos", ha indicado.
La de Urdaibai es una zona forestal con plantaciones no autóctonas -pino, eucalipto-, que periódicamente son taladas y extraídas, lo que origina "paso de camiones, movimiento de tierras en pistas forestales..."
"La consecuencia directa -ha señalado- es que cuando se producen precipitaciones hay un enturbiamiento de los recursos muy importante que no permite potabilizar temporalmente esas aguas" y que aumenta el coste y la intensidad del tratamiento necesario.
PROYECTO LIFE URBASO
En la zona, el personal científico que trabaja en el proyecto Life Urbaso, que cuenta con financiación europea, pretende demostrar que haciendo una gestión forestal diferente en Urdaibai, con una silvicultura alternativa y cuidadosa del terreno para que lleguen menos sedimentos a las captaciones de agua, se puede mejorar la cantidad y la calidad de este recurso y reducir el tratamiento físico-químico necesario para su potabilización.
Al pie de una de esas captaciones, en el cauce del arroyo Mape de Busturia, el responsable del área de Explotación de la red primaria de abastecimiento del Consorcio de Aguas vizcaíno, Jon Gorriti, ha valorado actuaciones de este tipo en el transcurso de una visita al lugar efectuada con compañeros de la entidad y la Agencia Efe.
Según ha señalado, "cualquier actuación que preserve ante problemas que se puedan producir aguas arriba de la captación y que controle la vegetación que pueda haber y asociado a ello, la permeabilidad del terreno para que los caudales circulantes en el punto de captación sean lo más estables posibles, lógicamente es una actuación que tendrá un efecto positivo en el tratamiento" del agua.
En el citado punto del arroyo Mape existe un pequeño y disimulado filtro que permite conducir parte del agua que discurre entre rocas y vegetación hacia la red que conecta con la estación donde es tratada.
EN LA ESTACIÓN DE TRATAMIENTO
En la ETAP -Estación de Tratamiento de Agua Potable- de Busturia, el agua permanece horas hasta salir ya lista para ser consumida.
Desde que entra una gota de agua en la planta hasta que sale el suministro, "viene a ser entre 14 y 20 horas el tiempo normal de retención del agua" en la instalación, ha explicado a Efe el jefe de potabilización del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, Mikel Bartolomé.
La de Busturia es una planta que tiene una capacidad de tratamiento de entre 10 y 20 litros por segundo. En sus instalaciones se recibe el "agua bruta" que viene de manantiales o arroyos para someterse al proceso de potabilización que elimina sustancias o elementos potencialmente peligrosos para la salud.
Se elimina, por ejemplo, "la materia coloidal y en suspensión que trae el agua bruta en diferentes cantidades en función de la época del año" y que es mucho mayor en períodos de lluvia, lo que complica el tratamiento y lo encarece.
A su llegada a la ETAP, se dosifica un oxidante y el agua pasa después a una instalación que hace de decantador para separar sustancias. En este depósito se administra un coagulante, que tiene el efecto de agrupar las pequeñas partículas en suspensión que presenta el agua en partículas más gruesas.
PROCESO DE TRATAMIENTO
Cuando llueve mucho y el "agua bruta" lleva una concentración de sólidos importante, la dosificación de coagulante "puede pasar a multiplicarse por quince o veinte el precio del metro cúbico", según ha puesto de manifiesto Bartolomé.
Las partículas más gruesas por efecto del coagulante tienen más peso y por acción de la gravedad van al fondo del depósito decantador, en cuya parte superior el agua ya queda "clarificada, completamente transparente".
El agua decantada pasa después a unos filtros de arena, en los que se eliminan aquellas partículas "que hayan podido escapar del decantador", y, a continuación, "se dosifica el desinfectante para que el agua que se suministra en la red esté totalmente esterilizada y llegue cloro residual hasta los últimos puntos de la red", con el fin de asegurar que el agua de consumo ha sido debidamente desinfectado.
En cualquier caso y "venga el agua bruta como venga", la calidad del agua resultante, la que finalmente llega hasta el grifo del consumidor, es la misma y está asegurada, según afirman en el Consorcio de Aguas.