La peligrosa manía de respirar con la boca por la mascarilla: "Le resta oxígeno al cerebro”

Los resfriados y ahora el uso necesario de la mascarilla hacen que cada sean más las personas que necesiten respirar por la boca para evitar la sensación de ahogo

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María Bandera

Publicado el - Actualizado

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Respiramos inconscientemente, en general por la nariz, pero los resfriados y ahora el uso de la mascarilla para protegernos del covid, hacen que cada vez más personas necesiten respirar por la boca con el fin de inhalar más aire y evitar la sensación de ahogo. Pero, ¿realmente introducimos más aire en los pulmones respirando por la boca? ¿hasta qué punto es sano respirar de esta manera?

El uso en sí de la mascarilla no implica una disminución del aporte de oxígeno o toxicidad

"Físicamente la cantidad de aire que ingresa por la boca es mayor que la que lo hace por la nariz, pero termina siendo menos útil en el proceso respiratorio como tal", aclara a cope.es, el doctor Mario Germán Alzate, médico general y miembro de Doctoralia.

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Sí que es cierto que respirar por la boca mitiga la sensación falta de aire por diferentes razones. "La congestión por alergias o resfriados o gripes pueden ser causales de respiración por la boca. El invierno y el frío pueden además aumentar la cantidad de respiradores bucales o los periodos en los que la realiza cada uno", advierte el especialista que aconseja en estos casos "abrigarse bien, hidratación oral y limpieza nasal, además consultar con el personal sanitario para buscar la causa y solución a su respiración por la boca".

La boca no filtra como la nariz partículas impuras

RIESGOS

El doctor Germán Alzate explica las razones por las que respirar por la boca no es saludable. "Al hacerse de forma continua, el organismo corre el riesgo de contraer enfermedades y de recibir gérmenes, ya que la boca no filtra igual partículas impuras -la nariz tiene cilios que lo hacen-". Además la temperatura del aire que entra "no está modulada y la oxigenación de la sangre disminuye hasta en un 15%".

Esta mala costumbre, que puede estar agravando el uso de la mascarila, acarrea "múltiples" problemas a corto y largo plazo que afecta "no solo a los pulmones, también al rostro, el lenguaje, incluso la deglución".

En muchos casos, la dificultad para respirar con mascarilla tiene que ver con un componente mental

Además de la boca y garganta seca, que son a priori los síntomas más evidentes, hay otros como "alergias o infecciones respiratorias recurrentes al no realizarse el filtrado de partículas, ni la modulación de la temperatura del aire". Si la respiración bucal esta presente desde la niñez "se pueden producir alteraciones en la estructura ósea de la cara, en el crecimiento pues al comer y respirar por la boca se podría dejar de comer lo necesario o la deglución se hace inadecuadamente".

A esto habría que sumarle que "el cerebro no recibe suficiente oxigenación, trastornos del oído, problemas del lenguaje, alteraciones del sueño, apneas, cansancio crónico o alteraciones en la forma del tórax por el cambio postural que acarrea inspirar por la boca".

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RESPIRAR CORRECTAMENTE CON MASCARILLA

El doctor Germán Alzate deja claro que el uso en sí de la mascarilla no implica "una disminución del aporte de oxígeno o toxicidad en nuestro organismo", salvo que "exista una contraindicación por patologías preexistentes que debe establecer un médico".

El uso de la mascarilla no implica una disminución del aporte de oxigeno o toxicidad

Con mascarilla recomienda "respirar despacio y por la nariz". Usarla, advierte "puede ser incómodo pero no hacerlo acarrea un gran riesgo de contagio". Por eso "ante cualquier duda o dificultad respiratoria relacionada o no con el uso de la mascarilla, la primera y mejor opción es consultar con el médico para definir los pasos a seguir", concluye.

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