La historia de Luis, al que un trastorno le dejó sin trabajo: "Tengo una incapacidad permanente"

A Luis, un Trastorno Obsesivo Compulsivo le ha llevado a la incapacidad permanente absoluta. Le despidieron porque no resolvía los problemas al tener que leer cada frase 37 veces

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El TOC que padece ha llevado a Luis a la incapacidad permanente absoluta: repetía todo 37 veces

Raquel Pérez Polo

Madrid - Publicado el - Actualizado

6 min lectura

Luis Díez notó los primeros síntomas del Trastorno Obsesivo Compulsivo, el TOC, a los 14 años. Con el tiempo, ha conseguido convivir con ello, pero no es fácil.

Resulta muy complicado controlar los pensamientos intrusivos, que son los principales enemigos de las personas que padecen TOC. Son ideas que les vienen a la cabeza, una y otra y, otra vez... y que les llevan a repetir muchas veces ciertas acciones.

Eso es lo que le pasaba a Luis, que por cierto, es artista. Durante muchos años se dedicó a la pintura.También trabajó como informático, pero su enfermedad le impedía cumplir algunas de sus obligaciones. Un ejemplo muy concreto: para él, entregar un trabajo a tiempo, a veces, se convertía en misión imposible. Perdía una eternidad en repetir una y otra vez ciertas acciones, al final no tenía preparado el trabajo cuando debía entregarlo.

Pero ahora, puede decir que ha logrado mantener a raya el TOC. Ha sido gracias, en parte, a que hace dos años fue intervenido para incorporarle dos electrodos en el cerebro.

A día de hoy, Luis sigue luchando contra su trastorno obsesivo, "es cuestión de días y de momentos, de según los pensamientos que me vengan, de cómo controle los rituales, poco a poco, es una lucha continua y de por vida", responde a Pilar García Muñiz cuando la conductora de Mediodía COPE le pregunta cómo está, cómo lleva su enfermedad.

"Los TOC no son hereditarios, no tienen un componente cien por cien genético", explica Luis que señala que sí "tiene que ver con tus miedos, con la forma que tienes de plantearle los imprevistos, los problemas que tienes en la vida y, a partir de ahí, se genera un desequilibrio químico y te empiezan a venir pensamientos obsesivos que tienes que cortar con una serie de rituales porque si no te crea una angustia mental absoluta que te impide hacer cualquier cosa hasta que no hagas el ritual y se te vaya la obsesión".

¿Piensas que puedes tener mala suerte, que te puede pasar algo, a ti a tu familia? "Hay muchos tipos de obsesiones, de pensamientos intrusivos, el mío concreto es que me pase algo a un miembro de mi familia, a algún amigo, a mí mismo... que se muera alguien, que tengan un accidente y me vienen pensamientos continuamente en forma de imágenes, pensamientos, intuiciones y me crean una angustia terrible y solo se me disipan cuando algunas acciones" cuenta Luis con cierta angustia en su voz.

37 veces: dar la luz, apagarla, vestirte, desnudarte

Para disipar esos pensamientos Luis repite permanentemente, "encender y apagar las luces 37 veces, ponerme cada prenda de ropa cada vez que me visto y me desvisto 37 veces, abrir la puerta de entrada a casa 37 veces. Me han desaparecido, pero tenía rituales motores como darme golpes en el pecho y hacer gestos con las manos. Rumiaciones mentales, donde repito secuencias de números y frases mentales".

¿Por qué 37 veces? "Es uno de los grandes misterios, no lo sé. Tenía que ir contando y si contaba mal o me despistaba tenía que empezar de nuevo a contar otra vez", responde a la vez que admite que así no se puede trabajar y vivir, es imposible "he perdido una cantidad de horas al día increíble, no podía llevar una vida normal".

Luis es artista y eso "es una vía de escape, una terapia", su trabajo de informático era imposible "me creaban incidencias que tenía que resolver, me llegaban vía mail y los mail los tenía que leer 37 veces cada frase, cada párrafo 37 veces, entonces tenía un tiempo límite de resolución de esa incidencia, y esa media hora la pasaba leyendo el mail y claro no me daba tiempo".

¿Te comprendían en el trabajo, los jefes, los compañeros, te entiende la sociedad? "En el trabajo era un gran secreto, siempre me ganaba broncas por no entregarlos a tiempo, tuve que pedirme una baja porque no aguantaba tanta presión, la familia sí me apoya y me entiende, pero a la sociedad le cuesta entender porque te toman como una persona desequilibrada e incluso tienen miedo de que les hagas algo".

Ese TOC ha llevado a Luis, a sus 44 años, a la incapacidad permanente absoluta , ya no está capacitado para trabajar algo que lleva "con una gran frustración (y hace una larga pausa para continuar), una gran frutración. Me ayuda la familia que tengo, el poder desahogarme con la pintura y hacer las tareas de casa lo mejor que puedo".

Para tratar un Trastorno Obsesivo Compulsivo hay fármacos y si estos no funcionan, el siguiente paso son los electrodos, ¿cómo te ayuda? "Es una operación que se hace a muy pocos pacientes, que es cuando la farmacología y la terapia cognitivo conductual no funciona, no hay otra alternativa y las condiciones de los pacientes son las adecuadas. A mí me consideraron paciente adecuado y me pusieron dos electrodos en el cerebro conectados con un cable que me baja por el cuello a una pila que tengo metida en el pecho y que me manda impulsos eléctricos a esos dos puntos concretos del cerebro. Me hace la vida más un poquito fácil y que a través de terapia pueda quitarme ciertos rituales con más facilidad. Pero el TOC es muy puñetero y cuando te quitas ciertos rituales, el propio TOC hace que aparezcan otros y antes de que se queden clavados en el día a día, tienes que trabajar más para quitártelos y no se queden de forma permanente. Es una lucha continua, la operación ayuda, pero no es la solución definitiva. Y, desde luego, el TOC no lo cura, es una enfermedad de por vida. Alivia un poco, pero la enfermedad continúa".

Dar visibilidad a los problemas de salud mental

El contar su problema, el visualizarlo ha sido un rato gratificante para Luis que terminaba la charla con "gracias por intentar quitar el estigma a las personas que tenemos estos problemas".

Ese es uno de los objetivos a cumplir por los comunicadores de la Cadena COPE a lo largo de todo este jueves. Desde Herrera en COPE hasta La Linterna, desde Carlos Herrera a Ángel Expósito pasando por Pilar García Muñiz en Mediodía COPE o Pilar Cisneros y Fernando de Haro en La Tarde, están recorriendo España para arrojar luz ante los problemas de salud mental.

En Herrera en COPE hemos vivido el testimonio de Jorge, un joven de 29 años con un trastorno depresivo recurrente. Con tan solo 10 años, Jorge vivió una compleja situación en su casa. Comenzó a dormir mal y a tener pensamientos suicidas. El contarlo le ayuda, reconoce.

O el caso de Inma, de Tomelloso, que sufría microinfartos y llegó a pesar 45 kilos, todo un calvario tras una mala operación.

Son dos ejemplos de las miles de personas con problemas mentales porque como se puede leer en el Informe COPE: casi 4 millones de españoles tiene depresión, mientras que un 15% sufre ansiedad o estrés. 1 de cada 4 personas sufre o sufrirá a lo largo de su vida un trastorno mental. De ellas, aproximadamente la mitad no recibe ningún tratamiento o no es el adecuado

'La celda del silencio', un podcast sobre salud mental con el doctor Gaona

El doctor Gaona ha logrado empatizar, conectar y divulgar las pautas para salir del ‘sótano’ de las emociones. De la llamada celda del silencio. Y quien está cerca de él, consigue comprenderse mejor a sí mismo. A lo largo de cinco episodios, ejerce de guía sobre temas clave en el bienestar emocional y ayuda a entender lo que rodea a los problemas de salud mental aflorados tras la pandemia.