El Cabildo presenta el inicio de la restauración de la macsura que se prolongará durante tres años
Además, ha dado a conocer los actos conmemorativos del 40 aniversario de la Declaración de la Mezquita-Catedral como Patrimonio de la Humanidad
Córdoba - Publicado el - Actualizado
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El Cabildo Catedral ha presentado esta mañana el inicio de las obras de restauración de la macsura, así como las líneas generales que conformarán los actos del 40 aniversario de la Declaración de la Mezquita-Catedral como Patrimonio de la Humanidad. El acto ha sido conducido por el canónigo portavoz, José Juan Jiménez Güeto, en el que han intervenido el deán del Cabildo, Joaquín Alberto Nieva; el arquitecto conservador de la Mezquita, Gabriel Ruiz; el delegado de Cultura de la Junta de Andalucía en Córdoba, Eduardo Lucena; el alcalde de la ciudad, José María Bellido, y el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, con la asistencia de la subdelegada del Gobierno central en Córdoba, Ana María López, entre otras autoridades.
El canónigo portavoz se ha referido a la restauración de la macsura, señalando que "supondrá un esfuerzo importantísimo con el que pretendemos preservar y revitalizar este importante enclave arquitectónico y cultural". Proyecto que, según ha indicado Jiménez Güeto, pretende responder a diversas preguntas históricas y técnicas sobre la estructura original, la naturaleza de su cubierta, el diseño de sus ventanas y sistemas de iluminación, y la cronología de construcción.
Asimismo, y de la mano del deán-presidente de la institución, Joaquín Alberto Nieva, se han presentado las líneas básicas del programa de actos con los que la institución celebrará el 40 aniversario de la Declaración de la Mezquita-Catedral como Patrimonio de la Humanidad. Dichas líneas girarán en torno a cuatro grandes ejes que estarán formados por la conservación y restauración del edificio, la investigación arqueológica, la conservación del patrimonio mueble y, por último, el patrimonio documental. Durante la misma intervención, el presidente de la institución hizo un recorrido por los pasos seguidos desde 1973, en que se inició el proceso que concluyó en 1984.
El arquitecto conservador del monumento, Gabriel Ruiz Cabrero, por su lado, ha detallado en qué consistirán técnicamente los trabajos que se desarrollarán durante los próximos tres años, con un presupuesto cercano a los cuatro millones de euros, por parte del equipo multidisciplinar que acometerá la restauración. De este modo y según ha dado ya a conocer el Cabildo, se comenzará desmontando la cubrición de teja de las tres linternas de las cúpulas de la macsura, inspeccionando el tablero de soporte y restaurándose con materiales idénticos.
También se recrecerá la cornisa para habilitar sobre ésta unas aberturas de ventilación. Actualmente, los paramentos de las linternas, es decir, los muros de cerramiento de las mismas, se encuentran muy deteriorados. Durante la restauración de los mismos se propone recuperar sus perfiles, reconstruyendo los contrafuertes, así como los planos de fachada. Una vez delineados los perfiles, se procederá a proteger las fábricas mediante enlucidos de mortero de cal, así como a consolidar la policromía original.
Las celosías serán retiradas y restauradas para, posteriormente, ser colocadas en su ubicación original, protegiéndolas mediante la instalación de un vidrio separado del plano de fachada que preserve así los paramentos y las propias celosías y resolviendo los problemas de ventilación y condensación producidos en el interior de las cúpulas. En cuanto a las maderas, para la protección de los zunchos existentes en el trasdós de las cúpulas se aplicará un tratamiento antixilófagos con carácter preventivo, ya que estas estructuras presentan ataques antiguos, recolocándose la teja desmontada siguiendo la disposición original.
Por su parte, las linternas octogonales arrancan de una superficie cuadrada, los triángulos que aparecen tras este cambio de geometría presentan una cubierta de ladrillo de suave pendiente que muestra humedades de importancia y que requiere de su desmontado e impermeabilización, por lo que una vez terminado el trabajo de cubiertas se comenzará la restauración del interior de las cúpulas..
Por su parte, José María Bellido, felicitó a la institución capitular por el trabajo que desarrolla en la conservación del edificio, pudiendo estar muy tranquila la ciudad de las manos en las que descansa el principal emblema del patrimonio cordobés, como así quedará constatado durante la celebración del 17º Congreso Mundial de la OCPM que tendrá lugar del 24 al 27 de septiembre de 2024 en Córdoba. Cerró el acto el obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, quien tuvo palabras de agradecimiento y felicitación hacia el Cabildo por mantener siempre un espíritu de servicio para con la ciudad y ser ejemplo de buena gestión.
CÚPULA A CÚPULA
Se comenzará la restauración por la cúpula oriental, intensamente intervenida en 1771 por Baltasar Devreton por encargo del Cabildo, ya que la misma amenazaba ruina. Se restaurarán sus enlucidos, localizando y delimitando en primer lugar las zonas de actuación y su estado de deterioro.
Por su parte, los emplacados se consolidarán y sólo aquellos que se consideren irrecuperables serán repuestos, mientras que en las figuras decorativas, que están realizadas en yeso tallado y recibidas en huecos preparados en los plementos, no presentan deterioros de importancia, por lo que sólo se plantea su limpieza. Una vez restaurada la cúpula oriental y los paramentos que la soportan, se acometerá la consolidación del pavimento cerámico existente para garantizar su conservación sin aportación de material nuevo.
La segunda cúpula será la occidental. Para la misma se ha pensado en la consolidación de enlucidos y emplacados, y se limpiará y consolidará la restauración del mosaico realizada por el arquitecto Duroni en 1815. En las catas realizadas durante los estudios previos de 2016 se documentaron gran cantidad de restos de pintura original sobre los arcos y paramentos de la cúpula occidental. El proyecto plantea la limpieza y localización de todos los restos originales que aún se conservan y su consolidación.
Estos mismos restos de pintura han sido encontrados en los paramentos verticales que sustentan las tres cúpulas por lo que también será necesaria su limpieza y consolidación. Por último, se acometerá la restauración de la cúpula central y de su mosaico, realizado por los artesanos del emperador de Bizancio en el año 965.
En los estudios previos se identificaron con claridad las zonas originales y aquellas restauradas con anterioridad, restauraciones realizadas con diferentes técnicas, incluida la pintura. Se acotarán las distintas actuaciones previas, limitando la intervención a realizar con el objetivo de mantener la obra tal y como ha llegado hasta ahora, mientras que la moldura cerámica, que sustenta el octógono gallonado, parece encontrarse en perfecto estado de conservación, por lo que solo se plantea su limpieza.
Macsura y mihrab
Una construcción excepcional Tras la muerte de Abd al Rahman III, su hijo y sucesor Al-Hakam II, toma posesión del califato el 16 de octubre de 961. Dos días después comienza la ampliación de la Mezquita Aljama. De su mano, el oratorio musulmán alcanzará las cotas más plásticas y originales de todas las llevadas a cabo en la Aljama cordobesa, poniendo de manifiesto el esplendor político que vive el califato y que lleva a Córdoba a sustituir a Damasco como referente cultural y artístico.
La intervención de Al-Hakam II supuso, desde el respeto al planteamiento original y al módulo arquitectónico básico, el desarrollo de una apariencia estética caracterizada por la innovación y la magnificencia. Atauriques, mármoles o mosaicos son sólo algunos de los materiales que se desplegarán por la macsura y el mihrab hasta conformar uno de los conjuntos plásticos de mayor belleza y fastuosidad de la arquitectura española.
Se constituye así lo que algunos han llamado una mezquita dentro de la mezquita, un espacio teatralizado de arquitectura ilusoria. Destinado a orientar el rezo, el mihrab está flanqueado por la cámara del tesoro, a la derecha, y por el sabat a la izquierda. En el caso de la mezquita cordobesa, su tipología trasciende de ser una mera hornacina hasta convertirse en una pequeña estancia octogonal cubierta por una cúpula con forma de concha.
La fuerza expresiva de esta composición reside en el denso programa ornamental que envuelve a la arquitectura, conformado por los paños labrados de ataurique y, sobre todo, por la riqueza de los mosaicos. La tradición bizantina llega así hasta la mezquita de Córdoba a través de los artesanos enviados por el emperador bizantino Nicéforo II, quienes desarrollaron una excepcional labor decorativa. Todo el espacio se cubre con tres cúpulas cruzadas en el aire que descansan sobre ocho grandes nervaduras apoyadas sobre los lados de un octógono. Una construcción excepcional en la que se conjugan de modo maravilloso aportaciones cristianas y musulmanas, que aquí adquieren un carácter de creación: el arte califal cordobés.
Tras la consagración de la mezquita como catedral, el espacio de la macsura y el mihrab, estuvo ocupado por dos capillas: la de San Pedro, fundada en 1368, y la de la institución del Santísimo Sacramento o de la Cena del Señor de 1582. La parte frontal al mihrab se cerró parcialmente con muro y rejas hasta la altura de los capiteles. También se situó allí, desde 1390 hasta 1815 un retablo gótico con las imágenes de Santa Catalina de Alejandría, San Francisco de Asís, San Pedro, San Pablo y la Virgen de la Leche.