Tres millones y medio de euros para solucionar el problema de potabilidad en el norte de Córdoba

Habemus solución al problema de potabilización del norte de la provincia. Cinco meses y medio después de que la Junta de Andalucía declarase el agua de La Colada como no potable por su alto nivel de Carbono Orgánico Total (COT), los técnicos de Emproacsa han conseguido dar con la solución al asunto del agua. El sistema, del que aún se desconocen los detalles técnicos, pero que descarta la ósmosis inversa por la tardanza en años que podría generar, está probado y funciona. Hasta este momento, todos los métodos probados habían fallado. Las mejoras se van a hacer directamente sobre la Estación Depuradora de Sierra Boyera para modernizar y adecuar el sistema, que hasta el momento, por antigüedad, no estaba funcionando.

Según han confirmado a COPE fuentes de la institución regional, la cantidad final que habrá que destinar a esa solución técnica, cuyo plazo se ha fijado en seis meses, será de tres millones y medio de euros. Ese el dinero que la Junta de Andalucía pagará a la entidad provincial con fondos propios para devolver el agua potable a los grifos de los 80.000 habitantes del Valle del Guadiato y Los Pedroches.

Desde el 17 de abril, los vecinos del norte de Córdoba no han podido beber ni cocinar con agua del grifo. Desde entonces, los vecinos de esta zona se han visto obligados a hacer acopio de agua a través de camiones cisterna que ha gestionado Emproacsa y que han ocasionado un agujero contable de cinco millones de euros a la empresa pública. De momento, la Diputación no ha requerido de los servicios hídricos de la capital, a pesar de que el alcalde de Córdoba, José María Bellido, tendió la mano a la provincia desde el inicio de la crisis- y aún lo sigue haciendo, como confirmó a esta emisora a principios de semana.

Hasta la fecha, el embalse de Puente Nuevo, en los términos municipales de Vacar y Villaharta; y el de Martín Gonzalo, en Montoro, han sido los dos pantanos de donde se ha estado haciendo acopio de agua para trasladarla a través de cisternas diarias a los pueblos del norte.

La capital, abocada también por la sequía a redactar una ordenanza reguladora del agua

Córdoba capital también tendrá, por primera vez, una ordenanza que regule el uso del agua ante un estado de sequía que ya se ha convertido en estructural. En ese documento, que se prevé quede definitivamente aprobado por Emacsa en un plazo de entre cuatro y seis meses, se plantea un punto a la vanguardia nacional: la regeneración y la reutilización de las aguas, una vía para aumentar los recursos hídricos mucho más sostenible que la depuración y la desalación, según ha especificado el presidente de la empresa pública de aguas en la capital, Jesús Coca.

Este sistema es eficaz, pero también costoso: supondrá un

a las arcas municipales. Un dinero para el que aún no se ha estudiado -pero tampoco se ha desechado- la idea de una subida de tarifas al agua, como ya ha ocurrido en otras capitales andaluzas como Sevilla o Málaga; o en la propia provincia de Córdoba, que ya ha anunciado a través de Emproacsa una subida del precio al consumo de agua.

La capital se abastece de tres pantanos: el del Guadalmellato, que se encuentra al 27% de su capacidad; el de San Rafael de Navallana, que está al 29,57%; y el de Guadanuño, al 38%. Con estos datos, el Consistorio calcula que no habrá cortes de agua en la ciudad en, al menos, un año y medio, independientemente del nivel de precipitaciones que caigan en otoño e invierno.

El mes de septiembre ha traído lluvia y la Agencia Estatal de Meteorología prevé un otoño más amable con las precipitaciones respecto al año pasado. Aun así, si no lloviera, Emacsa ampliaría las medidas recogidas en el Plan de Emergencia por Sequía redactado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, aumentando el objetivo de ahorro por reducción de suministro o bajada de presión de agua del 5% al 10%.