CONSUMO
Así es el trabajo de una inspectora de Sanidad: “Lo que ves en el programa de Chicote, existe”
Estos inspectores se encargan de velar por el buen estado de los alimentos que sirven y venden los establecimientos
Málaga - Publicado el - Actualizado
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Cuando comemos en un restaurante o compramos un producto en una tienda de alimentación, damos por hecho que todo está en perfectas condiciones sanitarias. Afortunadamente, suele ser lo normal porque un producto en mal estado o, que no haya sido manipulado correctamente, puede poner en riesgo grave nuestra salud.
Para que no ocurra, desde el Ayuntamiento de Málaga se inspeccionan periódicamente estos establecimientos. El objetivo es que todo lo que consumamos esté en perfectas condiciones. En nuestra ciudad, Cada año se realizan unas 4.000 inspecciones y durante 2023 se impusieron 170 denuncias por incumplimiento de la normativa sanitaria, no solo a bares, restaurantes y comercios de alimentación; también a granjas y mataderos.
Inspecciones municipales que aumentan en épocas señaladas del año, como cuenta la concejala de Comercio del Ayuntamiento de Málaga, Elisa Pérez de Siles: “Para que todo el consumo que se haga, tanto en épocas señaladas como el verano, feria o Navidad, se haga con absoluta garantía”.
Precisamente el verano es una época en la que aumenta el consumo, hay más clientes, y la temperatura sube, algo que obliga a un mayor control de los alimentos.
¿Quién se encarga de evaluar si la comida está en condiciones para que la consumamos o si un local cumple con los estándares sanitarios para recibir clientes?
EL TRABAJO DE INSPECTOR
María Belén vive en Málaga. Cada mañana se levanta y se marcha a su puesto de trabajo. Una labor que realiza desde hace más de 20 años a caballo entre la oficina y la calle. Ella forma parte de un grupo de profesionales que velan porque lo que comes en un restaurante o establecimiento de alimentación, esté en perfectas condiciones sanitarias. Es inspectora de Sanidad, y sus visitas se organizan con cita previa o por sorpresa: “Nos presentamos allí, generalmente cuando el negocio está abierto y funcionando, para que podamos ver las prácticas de manipulación”.
Confiesa que la mayoría de las veces, los dueños de los establecimientos cumplen con la normativa, pero la mitad de esos negocios tienen que subsanar alguna deficiencia leve: “Cuando vamos a hacer la inspección, el 20 por ciento está bien a la primera; en un 50 por ciento estaría para otra inspección por deficiencias leves; y en un 5 por ciento nos encontramos con deficiencias graves que requieren medidas cautelares”, señala.
CASOS GRAVES
María Belén asegura que la figura de inspectora de sanidad, la suya, no siempre es bienvenida en los establecimientos: “Te encuentras personas que no tienen las cosas bien y se enfrentan al inspector. A veces tenemos que llamar a la Policía Local para que nos apoye porque entorpecen nuestra labor”.
Y es que hay veces que, lo que detectan en los comercios, puede suponer un grave riesgo para la salud: “Comidas que no están etiquetadas, bien protegidas o mezclado lo crudo con lo cocinado, temperaturas incorrectas, neveras sucias; lo que ves en el programa de Chicote, existe”, aunque subraya que es bastante inusual encontrarse con casos graves.
Sobre lo que podemos hacer como cliente si vemos que algo no está bien, esta inspectora nos recomienda poner una denuncia: “En el mismo establecimientos, en la oficina de consumo, en el Distrito Sanitario o en las oficinas del ayuntamiento”.
El año pasado, en Málaga capital, se interpusieron casi 170 denuncias por incumplimientos de la normativa sanitaria.