Así es un día en Las Tres Mil Viviendas de Sevilla: "
Una semana después de los tiroteos entre dos clanes por un vuelco de droga, un equipo de COPE Andalucía cuenta su experiencia en uno de los barrios con la renta per cápita más baja de España
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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Dos clanes enfrentados. Un tiroteo. Pisos utilizados para cultivo de drogas. Armas ilegales. Munición de guerra. Y una redada histórica. La historia se repite en el barrio sevillano de las Tres Mil Viviendas.
Un barrio que tiene mucho de leyenda. Y donde la realidad supera siempre a la ficción. Un barrio donde la mayoría intenta salir adelante cada día. Y donde el ruido de unos cuantos, ensordece el barrio entero.
Un equipo de COPE Andalucía ha conseguido entrar en el barrio. Acompañamos a un patrullero de la Policía Nacional para conocerlo mejor, y esta que contamos a continuación es nuestra experiencia.
UN BARRIO PARA 3000 FAMILIAS: EL ORIGEN DE TODO
Sólo 4 kilómetros separan el centro de Sevilla del infierno. El barrio de las Tres Mil Viviendas se encuentra ubicado en el Polígono Sur de Sevilla, el barrio con la renta más baja de España por habitante según el INE. Un barrio que se levantó hace más de cuarenta años para alojar a 3000 familias sin recursos.
Hoy nos adentramos en un barrio que ocupa portadas por asuntos relacionados con tráficos de drogas, altercados o reyertas. Aquí tirar de memoria es tirar de momentos realmente duros; como el año 2013, cuando una niña de 7 años fallecía en un tiroteo. En octubre de 2023, un hombre de 35 años recibía un tiro en la cara. Fallecía dos días después en el hospital.
Es difícil saber cuántas personas viven en el Barrio de las Tres Mil Viviendas: “Muchas de ellas no están empadronadas”, nos cuenta el Subinspector Paco, de la comisaría de Policía del Distrito Sur de Sevilla. Lo que sí sabemos es que su tamaño es comparable al de diez campos de fútbol. Y aunque hay muchos puntos calientes, hay zonas menos inseguras que otras.
Entre las zonas más complicadas a nivel de seguridad, “Las 800 Viviendas” o la zona conocida popularmente como “Las Vegas”. En el corazón de Las Tres Mil Viviendas, la basura se acumula en cualquier portal y la ropa está tendida en plena calle.
"NO SOMOS BIEN RECIBIDOS"
En esa esquina, hay gallos sueltos que los utilizan para las peleas ilegales. En la de más allá, nos encontramos con pisos que parecen abandonados. Las persianas bajadas por completo, y en la fachada, uno o varios aires acondicionados. Ahí están, son los conocidos como laboratorios de droga.
Y unos pasos más allá, en las puertas de algunos bloques, mujeres y hombres solos. Le preguntamos al subinspector de la Policía Nacional que nos acompaña, por qué están ahí: “Están ahí para dar aviso por si viene la policía”. Y es que la Policía no es bien recibida en el barrio. Tampoco los periodistas.
UNA GUERRA
Las viviendas parecen abandonadas. Como si en el barrio hubiera estallado una guerra. Algunos edificios solo mantienen la estructura. Es otra seña de identidad del barrio. Como los cables que van de un tejado a otro para enganchar las viviendas a la corriente de luz: “Esta práctica, además de ser ilegal, resulta muy peligrosa, porque puede provocar incendios, y debido a los cables, un camión de bomberos no puede acceder a algunos puntos de barrio”.
La calma tensa no nos abandona en ningún momento. Ni la policía ni los periodistas somos bien recibidos en estas calles. Nos miran con recelo. Nos siguen con la mirada. Otros incluso en motocicleta o en coche. No es sólo una sensación. La Policía nos lo confirman: “Los clanes quieren tenerlo todo controlado”.
De hecho, los badenes que nos encontramos los colocan los vecinos. “Así juegan con ventaja cuando hay persecuciones de la policía”. Y porque lo conocen bien, los agentes aseguran: “No es un barrio seguro. No es un barrio para pasear ni para venir a comprar o a sacar al perro”.
Y precisamente porque no es seguro, la policía se mete hasta el fondo. A primera hora de la mañana arranca el briefing en la nueva comisaría de la Policía Nacional del Distrito Sur de Sevilla. Una vez revisadas las incidencias de las últimas horas, los agentes patrullan cada rincón, cada calle, cada plaza. Los delitos más comunes en el barrio son el "menudeo de droga", violencia de género, peleas entre los clanes o robos de coches.
Sería injusto decir que todos los vecinos de este barrio cometen delitos a diario. También hay vecinos que se levantan todos los días para salir a trabajar. “¿Estos vecinos colaboran con la policía ante la delincuencia del barrio?" Es complicado. Tienen miedo.
Aquí se impone la Ley del Silencio. Esa que no está escrita y se cumple siempre. A raja tabla. Bajo el enorme grafitti de Camarón de la Isla que parece custodiar el barrio.