Un experto apunta al gesto que nunca debes hacer al comprar tus gafas de sol: "No es lo mismo"
Toma nota del consejo de un experto para evitar poner tus ojos en peligro al elegir unas gafas de sol
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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Ha llegado el buen tiempo, ha llegado el sol y es el momento de equiparnos. Uno de los complementos que han ganado espacio en nuestras vidas son las gafas de sol. Ya sea por moda, ya sea por salud, lo cierto es que casi todos tenemos gafas de sol. Pero, ¿sabemos cómo elegirlas? ¿Somos conscientes de los errores que cometemos cuando nos decidimos por un modelo o por otro?
La respuesta del experto es clara. Normalmente no, “normalmente buscamos la gafa de sol estética, que quede bonita y sea lo más económica posible”.
Lo cuenta Pablo Sánchez, que es Optometrista en Sevilla y que dice que a veces se lleva las manos a la cabeza, “cuando llegan los clientes a preguntar los motivos por los que unas gafas de sol no les protegen”.
La explicación es simple. Y le ha ocurrido en su Óptica. Me han llegado clientes con “imitaciones de baja calidad, personas más inocentes o con poca información que vienen después de una operación de ojos o con fotofobia y vienen para saber por qué siguen estando incómodos si tienen unas gafas de sol puestas”.
Las gafas “no homologadas o no profesionales” tenemos “mucha probabilidad que esa lente sea simplemente una lente tintada, coloreada, es decir, nos oscurece la imagen pero, no nos protege contra la radiación, que a la larga tiene efectos en nuestra visión, así que por supuesto no es lo mismo”.
Aunque sea una gafa de mala calidad, con una lente simplemente tintada, oscurecida, “el ojo es muy listo y cuando detecta oscuridad dilata la pupila para intentar captar más luz, el mismo mecanismo que usa de noche”.
Eso hace que “entre más luz y afecta a más perímetro de la retina y a la larga es una acumulación de ultravioleta sin protección, lo que nos puede dar problemas”.
Precisamente la protección ultravioleta siempre es la clave: Nos hace falta y más en ciudades soleadas como las nuestras y con un profesional nos aseguramos que nuestras gafas van a tener la necesaria homologación.
Como en el caso de los filtros solares de las cremas hay varias categorías y suelen ser diferentes según la lente, “las más transparentes, más claritas, son por ejemplo para primavera, es la categoría más baja, categoría 0,1 de ultravioleta y la más alta para un uso normal es protección 3”, aunque las hay también más elevadas para condiciones extremas.
En un mundo ideal todos tendríamos que tener unas gafas para las situaciones ante las que nos vamos a enfrentar, pero ante la duda , unas gafas de sol con la mayor protección posible siempre será una buena elección.
Gafas en niños, en adultos o en ancianos: Siempre recomendables
El experto recomienda el uso de gafas de sol desde las edades más tempranas. Y tiene su explicación. En el caso de los niños pequeños, asegura que siempre es recomendable, porque “tienen los ojos en formación, abren mucho la pupila”, suelen estar mucho en el exterior, el parque, el campo, la playa y hay que protegerlos de la radiación.
¿Y qué ocurre en el otro extremo, con las personas mayores? Pues con la “gente más mayor ocurre que suelen estar operados de cataratas, tiene algún problema de visión, o incluso, aunque todo estuviera perfecto, lo más recomendable es usar gafas de sol como protección y a ser posible polarizada” porque el polarizado es un filtro extra y solo permite el paso de la luz en un sentido muy concreto evita los típicos reflejos, dejando una imagen más nítida.
Las tres claves para elegir bien las gafas y cuidar tus ojos
1. Protección UV:
No escatimar en protección. Asegurarse de que las gafas de sol ofrezcan una protección del 100% contra los dañinos rayos UVA y UVB. Esta es la primera línea de defensa para mantener los ojos seguros bajo el sol del verano.
2. Calidad de los cristales:
Optar por lentes de alta calidad que no solo sean resistentes a los arañazos, sino que también ofrezcan una visión nítida y clara. Los cristales polarizados son ideales para reducir el deslumbramiento y mejorar el contraste, especialmente en condiciones de luz intensa.
3. Ajuste y comodidad:
Elegir unas gafas que se ajusten cómodamente al rostro y que no causen molestias después de un uso prolongado. Las patillas y el puente deben ser ajustables para adaptarse a diferentes formas y tamaños de cabeza, asegurando un ajuste seguro y cómodo en todo momento.