La importante vinculación de Villamanrique de la Condesa con El Rocío: “Tiene su explicación”
Villamanrique de la Condesa es un enclave estratégico en la Devoción Rociera
Sevilla - Publicado el - Actualizado
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A medida que se acerca Pentecostés, la localidad de Villamanrique de la Condesa se prepara para celebrar sus días grandes con el Paso de Hermandades, una Fiesta de Interés Turístico de Andalucía que marca el inicio de la peregrinación hacia la ermita de la Blanca Paloma. Este evento religioso, arraigado en la historia de la región, cumple ya dos siglos de existencia, atrayendo a miles de visitantes cada año a la Plaza de España de Villamanrique.
La conexión de Villamanrique con la devoción al Rocío se remonta a siglos atrás. Según la tradición oral y documentos históricos como el Libro de la Montería, los monteros y cazadores de esta localidad fueron los primeros en traer la devoción a la Virgen del Rocío. Fundaron la primitiva Cofradía de Monteros de Santa María de las Rocinas en 1388, convirtiendo a Villamanrique en el epicentro de los caminos rocieros.
Pero la contribución de Villamanrique va más allá de ser pioneros en la devoción rociera. La Hermandad de Villamanrique es la primera en trazar el camino al Rocío, en confeccionar un Simpecado en el siglo XVI, en construir una carreta templete para portarlo y en muchas otras iniciativas que han marcado la historia de esta festividad.
Además, Villamanrique actúa como madrina de numerosas hermandades en la archidiócesis de Sevilla, demostrando su papel central en la difusión y preservación de esta tradición religiosa.
Durante la peregrinación de las hermandades en Pentecostés, la Hermandad del Rocío de Villamanrique recibe a todas las que pasan por su pueblo camino del Rocío.
Este gesto de hospitalidad se ha convertido en una parte esencial de la experiencia rociera, atrayendo a numerosas hermandades a pasar por Villamanrique antes de dirigirse a la aldea del Rocío.
El pueblo de Villamanrique: Cuna de rocieros
Sumergirse en Villamanrique de la Condesa es adentrarse en un pueblo que respira historia y devoción. Ubicado en el corazón de las marismas del Guadalquivir, este encantador enclave se caracteriza por sus calles empedradas, casas encaladas y plazas llenas de vida. Su arquitectura tradicional andaluza y su entorno natural hacen de Villamanrique un lugar pintoresco, que se convierte en epicentro de actividad durante la festividad del Rocío.
La devoción rociera impregna cada rincón de Villamanrique. Desde las fachadas adornadas con simpecados hasta las conversaciones en las tabernas locales, la presencia de la Virgen del Rocío es palpable en todo momento. Los habitantes del pueblo viven con pasión y fervor la preparación para la romería, participando activamente en los actos religiosos y en las tradiciones que rodean esta festividad.
Su alcalde Francisco Javier Domínguez explica que “todo tiene una explicación, Villamanrique es un pueblo que estratégicamente e históricamente se encuentra en un sitio clave del Camino del Rocío, sobre todo de los caminos de Sevilla, donde confluyen todas las provincias de Sevilla, excepto Cádiz y Huelva”.
Históricamente Villamanrique ha estado vinculada al Rocío y el Rocío a Villamanrique por eso, como reconoce el alcalde, “desde que vamos en el vientre de nuestras madres ya vamos con este rocierismo que nuestro pueblo tiene, de por sí”.
Y es normal que sea de esta manera porque durante cinco días pasan más de 300.000 personas por Villamanrique, que vive sus días grandes y que vio cómo desde 1999 esta fiesta fue declarada Fiesta de Interés Turístico de Andalucía.
Son días muy intensos. Se empieza “el martes a las seis y media de la tarde”. Es una jornada en la que todo cambia, porque “tenemos un crónómetro de marcha atrás y cuando llega la Hermandad de Lucena de Córdoba lo ponemos en cero y es el pistoletazo de salida”.
En ese momento “el pueblo entero se echa a la calle”. La fiesta consiste en “un saludo de la Hermandad que pasa por nuestro pueblo con la hermandad más antigua la de Villamanrique y los manriqueños que son acogedores estos días todo lo mejor que tenemos lo ponemos al servicio de los demás”.
Tal y como explica el alcalde, en estas jornadas “se viven muchas emociones, muy intensas y quedarse con un solo momento es imposible, porque hay muchas personas venidas desde lugares donde no hay hermandades rocieras y pasan el día aquí o rocieros que no pueden hacer el camino y vienen a Villamanrique a ver el paso de su Hermandad”.
Recibir a las Hermandades que parten hacia el Rocío es sin duda uno de los momentos más emotivos y un privilegio. Desde la Hermandad local se prepara la acogida y no existen distinciones ni diferencias entre las diferentes delegaciones: Se convierte en un lugar de encuentro, donde se comparten abrazos, cantos y oraciones en honor a la Blanca Paloma.
El ritual de recibir a las Hermandades es una experiencia que trasciende lo religioso y se convierte en un símbolo de hospitalidad y hermandad. Las puertas de Villamanrique se vuelven a abrir como cada año, de par en par para dar la bienvenida a miles de peregrinos y visitantes.