Le dicen que Zaragoza es un pueblo y una argentina que vive en la ciudad sale en defensa: "Por aquí pasa el burro"

No hace falta haber nacido en un lugar para ser un sitio en el que quieres pasar tu vida y eso le sucede a Camille, que saca todos los argumentos que necesiten para poner en un altar a la localidad aragonesa

Camille paseando por Zaragoza mientras cuenta lo que le pasa

TikTok: @camillenieves

Camille paseando por Zaragoza mientras cuenta lo que le pasa

José Manuel Nieto

Publicado el

3 min lectura

En el vasto panorama de las ciudades españolas, Zaragoza a menudo es injustamente subestimada. Para Camile, una argentina que ha hecho de esta ciudad su hogar, la percepción errónea de que Zaragoza es un "pueblo" es algo que la indigna profundamente. En un reciente video de TikTok, comparte su experiencia y saca a relucir todos los argumentos que demuestran por qué esta ciudad aragonesa merece ser valorada como lo que es: un lugar vibrante, dinámico y lleno de vida.

Cada vez que Camile menciona que vive en Zaragoza, se encuentra con la misma pregunta: "¿Es un pueblo?" La incredulidad que acompaña a esta pregunta la sorprende. "De verdad, el quinto municipio con más habitantes de España, y me preguntan si es un pueblo", dice con una mezcla de asombro y frustración. A través de sus palabras, queda claro que Zaragoza tiene mucho más que ofrecer que la idea estereotipada de un pequeño pueblo.

Zaragoza, con sus casi 700,000 habitantes, es una ciudad con una rica historia y un presente vibrante. Camile señala que, aunque puede parecer que todos se conocen, eso no significa que la ciudad carezca de la esencia de una urbe moderna. “Es gigante”, afirma, y es cierto. La ciudad está llena de actividades, eventos culturales y una vida nocturna que no tiene nada que envidiar a otras grandes ciudades de España.

Imagen de la Basílica del Pilar, en Zaragoza.

PIXABAY

Imagen de la Basílica del Pilar, en Zaragoza.

Uno de los argumentos más contundentes que presenta Camile es el hecho de que Zaragoza cuenta con el centro comercial más grande de Europa. "¿Escuchame, me preguntan si hay Inditex? ¿Si hay Zara?", enfatiza. Esto subraya la modernidad y las opciones comerciales que la ciudad ofrece. No se trata de un lugar aislado, sino de un centro urbano con todas las comodidades que uno podría desear.

Una argentina que vive en la ciudad

Además de su infraestructura, la vida cotidiana en Zaragoza es otra de las razones por las que Camile se siente afortunada de haber elegido este lugar. Describe la ciudad como "súper cómoda y fácil de recorrer". Desde los hermosos parques hasta los animados bares y restaurantes, hay algo para cada gusto.

"Si me preguntas qué le falta a Zaragoza, le faltarían más conexiones aéreas", confiesa, refiriéndose a la necesidad de vuelos más directos a destinos internacionales. Sin embargo, destaca que en menos de una hora en tren se puede llegar a Madrid o Barcelona, lo que hace que la ubicación de Zaragoza sea aún más conveniente.

La crítica a la percepción de Zaragoza como un pueblo no solo es un asunto de orgullo personal para Camile; es un reflejo de cómo a menudo se subestiman las ciudades que no están en el centro de atención. Camile recuerda las numerosas consultas que recibe de estudiantes que están considerando venir de Erasmus.

Lluvia en Zaragoza

EFE

Lluvia en Zaragoza

"Claro que hay fiesta", responde con entusiasmo, haciendo hincapié en que la vida social es activa y diversa. Las oportunidades de intercambio cultural son abundantes, lo que convierte a Zaragoza en un lugar atractivo para jóvenes de todo el mundo.

Zaragoza

Zaragoza también se destaca por su rica cultura e historia, con monumentos emblemáticos como la Basílica del Pilar y la Aljafería, que hablan de su legado. "Cada rincón tiene una historia que contar", dice Camile, subrayando la profundidad cultural de la ciudad. Para ella, no es solo un lugar donde vivir; es un lugar que siente profundamente, lleno de conexiones y recuerdos que la han moldeado.

El fervor de Camile por Zaragoza es contagioso. A través de su defensa apasionada, demuestra que no es necesario haber nacido en un lugar para considerarlo un hogar. Lo que importa es el sentido de pertenencia y la capacidad de encontrar belleza y valor en la vida cotidiana. Al final, la experiencia de Camile en Zaragoza va más allá de las etiquetas; es una celebración de la vida, la cultura y la comunidad que ha encontrado en esta maravillosa ciudad aragonesa.

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