El Real Zaragoza no pasa del empate en un feo, áspero y atascado partido en Miranda de Ebro (0-0)

El Real Zaragoza acabó dando por bueno el empate a cero este domingo en Miranda de Ebro -así lo reconoció Víctor Fernández- tras un encuentro muy trabado, áspero y atascado, en el que hubo poco fútbol y alguna ocasión que los palos se encargaron de desbaratar. Iván Azón, en los últimos segundos del choque, envió un balón de cabeza a la madera que casi le da los tres puntos a su equipo.

Los zaragocistas, apoyados por más de 1.500 seguidores en la grada, se dejaron dos puntos en Anduva y ceden así el liderato en solitario al Huesca. El conjunto de Víctor Fernández es ahora segundo, con 7 puntos de 9 posibles, lo que no es un mal balance teniendo además en cuenta que los tres partidos que lleva disputados han sido fuera de casa. El Mirandés, por su parte, vuelve a sumar, sigue imbatido y camina poco a poco hacia su objetivo de salvación.

Los locales salieron de inicio con las ideas muy claras, buscando la meta de Poussin y no tardó Reina en intentarlo Reina con un disparo raso. Ninguno de los dos equipos quiso correr peligros, pero los de Alessio Lisci se trabajaron muy bien cada una de las ocasiones para poder adelantarse y fue Panichelli el que tuvo la ocasión más clara en ese tramo inicial, lo que hizo que el nerviosismo se apoderara del Real Zaragoza.

Efectivamente, no conseguía asentarse en el campo el equipo de Víctor Fernández y pronto vio la amarilla Keidi Baré tras una entrada a Gorrotxategui, mientras Panichelli revolucionó de nuevo el partido con más ocasiones. Los de Lisci aprovechaban cualquier mínima posibilidad para presionar y no fue hasta el minuto 22 cuando el Zaragoza tuvo la primera. Fue un gran lanzamiento de falta de Tasende, que mandó el balón por encima de la barrera hacia la escuadra, pero una espectacular mano de Raúl Fernández evitó el tanto.

El Mirandés siguió con la batuta del partido, muy enchufados ante un rival que dejó hacer a los de Lisci. Pablo Tomeo, antes del descanso, pudo marcar las diferencias pero no estuvo fino en lo que pudo ser el primero de los jabatos.

Tras el descanso, Víctor Fernández hizo debutar a Adu Ares y salió también Iván Azón para tener más mordiente y robar metros a los locales, que dominaban la posesión. Pero, tras unos minutos de parón por un incidente en la grada zaragocista que requirió de la presencia del médico del conjunto aragonés, el Mirandés cogió aire tras ello y, buscando a Panichelli, metieron en problemas a los de Víctor Fernández encadenando cinco opciones de gol consecutivas.

La presión de los de Lisci fue efectiva, pues penalizó al conjunto aragonés, que volvió a sufrir ante la presión atacante rojilla. Pero los zaragocistas se hicieron en todo momento fuertes en defensa y no pasaron realmente demasiados apuros, salvo en un balón de falta de Lachuer que se estrelló en el palo ante la indecisión de Possin y sus defensas.

De todas formas, una vez más, el Real Zaragoza acabó teniendo el dominio del balón y se lanzó abiertamente al ataque en los últimos minutos. Quizás demasiado tarde. Aún así, Azón la tuvo en el descuento, con un remate magnífico del delantero que se estrelló contra la madera. Y aún hubo una última para los locales, tras una falta de Calero, pero el lanzamiento directo de Julio Alonso acabó con el balón en las manos de Poussin.

CD Mirandés 0: Raúl Fernández; Hugo Rincón, Tomeo, Tachi, Juan Gutiérrez, Julio Alonso; Reina, Gorrotxategi, Lachuer (Homenchenko, 83); Roca (Calvo, 68) y Panichelli.

Real Zaragoza 0: Poussin; Calero, Lluís López, Vital, Tasende; Keidi Bare (Francho, 68), Aguado (Marí, 86); P. Sans (Adu Ares, 46), Soberón (Azón, 46), Liso; y Bazdar (Moya, 68).

Árbitro: Ais Reig (Comité Valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Keidi Bare (7), Hugo Rincón (62), Tachi (67) y Calero (93).

Incidencias: Partido disputado en el campo municipal de Anduva ante 4.747 espectadores, de los que más de 1.500 eran zaragocistas. En el minuto 48 se tuvo que detener el partido porque un aficionado aragonés sufrió un problema de salud en la grada, a la que tuvo que acudir el médico del Real Zaragoza. Afortunadamente, todo quedó sólo en un susto.