Desmantelada una secta destructiva en Escatrón que captaba a mujeres a las que aislaba y vejaba
La Guardia Civil detiene a cuatro personas, una de ellas el líder, que se vendía como el 'salvador de la humanidad' y manipulaba psicológicamente a las víctimas hasta controlarlas
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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Se vendía a sí mismo como el salvador de la humanidad, anulaba la voluntad de sus víctimas y las aislaba totalmente de su entorno. Así actuaba el líder de la secta destructiva EVOL, desmantelada por la Guardia Civil en Escatrón, en la provincia de Zaragoza.
Captaba principalmente a mujeres. ¿Cómo lo hacía? El teniente Alfredo Molina, del servicio de Información de la Guardia Civil, ha explicado en COPE su modus operandi. La secta tenía “apariencia de legalidad” y realizaba talleres y retiros espirituales seleccionaba a sus víctimas.
Una vez allí “las bombardea con mensajes catastrofistas de que en 2027 va a haber un cambio en el nuevo mundo y él es el único capaz de salvar a los integrantes de su comunidad”.
La Guardia Civil ha detenido al líder y a tres colaboradores de esta secta, acusados de asociación ilícita y estafa. Al líder se le imputan también los delitos de amenazas, coacciones y lesiones.
Y es que las víctimas sufrieron un auténtico calvario. Las manipulaba psicológicamente y les hacían romper cualquier relación con el exterior. “En su discurso vendía dos estados, uno de paz y alegría; y otro de tensión, que se produce cuando las víctimas tenían contacto con el exterior o hacían acciones no ordenadas por el líder, y es entonces cuando se producen agresiones físicas, verbales y vejaciones”, señala.
Para salir de ese estado de tensión, tenían que “hacerle caso, anular totalmente su voluntad o incluso hacer aportaciones económicas con las que obtenía un beneficio”, explica el teniente Molina.
Esa es la clave: el líder ganaba dinero. Y con él, ampliaba las instalaciones y captaba nuevas víctimas. No era algo inmediato. Cuando entran a formar parte de la comunidad y ya están bajo su control “al principio no les pide nada”. Es después cuando les demanda “saltos de fe”, que consisten en realizar determinadas actividades y hacer aportaciones económicas.
Las víctimas tenían un perfil muy claro: eran mujeres. La Guardia Civil no tiene claro todavía por qué el líder mantenía esta fijación, pero su mensaje era, desde el principio, que “el cambio del nuevo mundo va a venir de mano de las mujeres”. Por eso eran mayoría en la organización. De hecho, “aparta a los hombres” de los mensajes de “tensión” antes mencionados.
La Guardia Civil tuvo conocimiento en Barcelona tras la denuncia de 8 víctimas que habían formado parte de la secta. Y no se descarta que conforme avance la investigación aparezcan más personas afectadas que no hayan denunciado hasta ahora por miedo.