El sexting, una práctica de riesgo para la nueva violencia machista digital

La violencia de género digital es una muestra más de un machismo que cada vez se da en edades más tempranas debido al acceso de los jóvenes a redes sociales a través de su teléfono móvil. El último crimen machista cometido en Aragón, con el asesinato de una mujer en Ejea el pasado 6 de julio a manos de su ex pareja, nos ha hecho preguntarnos cuáles son las primeras señales de alerta en un caso de violencia de género y cuándo estas conductas comienzan a manifestarse.

La Guardia Civil y la Policía Nacional realizan una labor constante en colegios e institutos de todo Aragón donde enseñan a los jóvenes cómo detectar conductas de riesgo.

"Muchas veces hablamos de la violencia de género digital que comienza con el control. Se da cuando se empieza a tener una pareja a edades tempranas, 14 o 15 años, y comienza un control en redes sociales. El agresor le pide a la víctima su usuario o contraseña, diciéndole a quién debe seguir en redes o pidiéndole la geolocalización. Eso es un indicador de que algo no va bien. Si estas situaciones se prolongan en el tiempo se llega al aislamiento de la víctima. Esto pone al agresor en una situación de superioridad porque la chica se acaba sintiendo aislada y pensando que no tiene a nadie más para salir de esa situación. Intentamos advertir de estas situaciones desde el principio", nos ha contado en COPE, el inspector Carlos Franco, jefe de participacion ciudadana de la Policía Nacional.

"Los chicos no dicen nada cuando hablamos de esto, pero sí se miran entre ellos"

El mal uso de las redes sociales puede ser una conducta de riesgo para la llamada violencia de género digital. Ahí el sexting, o envío de fotografías íntimas, supone un serio peligro para los jóvenes: "Lamentablemente es una práctica de riesgo que cada vez se hace a edades más temperanas. En los colegios podemos aflorar delitos de este tipo. Hablamos de edades en riesgo desde quinto o sexto de Primaria".

Consentimiento, palabra clave

"El acceso a redes es cada vez más temprano, desde los 9 o 10 años. Por eso, debemos enseñar qué es el consentimiento. Nadie te puede presionar para hacer algo que no te apatece o con lo que no estás de acuerdo y en el tema de las fotos, es algo que sí estamos viendo", afirma el inspector Franco.

Ante todo ello, la reacción de los jóvenes suele ser una oportunidad para que los agentes detecten posibles casos o conductas de riesgo: "Los chicos no dicen nada cuando hablamos de todo esto, pero sí notamos cómo se miran entre ellos. Es algo generacional y que debemos intentar evitar con una educación en valores. En ocasiones nos pide asesoramiento una víctima o una amiga de la víctima. Entonces pasamos a comentarlo en el colegio y comunicarlo a los grupos especializados de la Policía".