Un investigador agrario de Bélgica monta un obrador en Gijón para hacer pan con tipos de trigo que se están perdiendo: “De museo”

El pan es un producto muy consumido en Asturias. De hecho, según el último Informe del Consumo de Alimentación en España, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 2023, cada asturiano comió 33 kilos de pan. Son 6 kilos más que los que se consumieron, de media, en el resto del país. 

Sin embargo, aunque en el Principado "siempre ha habido cultura de pan, se está perdiendo". Es la advertencia de Peter. Es de Bélgica y, junto a su mujer, Paloma, decidió mudarse a Gijón para montar un obrador. Por eso ve brotes verdes. Cree que "se van recuperando, poco a poco, los pequeños obradores que hacen el pan de forma manual y con respeto al producto" y asegura que "la gente lo valora, lo va buscando y lo encuentra". 

"Coincidió todo" para montar un obrador en Gijón

Pero, ¿por qué montar un obrador? Peter ha dedicado su vida laboral a la agricultura, en "trabajos relacionados con investigación y consultoría" y le apetecía "desarrollar un proyecto ecológico vinculado a la producción agrícola". Además, le gustaba hacer pan en casa, "de manera artesanal", y adquirió la experiencia del oficio trabajando en un obrador en Lavapiés. Así, la idea "fue evolucionando" hasta llegar a la idea definitiva.

Y, ¿por qué en Gijón? Tras varios años en Bélgica, donde nacieron sus hijos, Peter y Paloma tenían "claro" que querían regresar a España y vivir en el norte. Barajaron otras opciones, como Navarra y Cantabria, pero "coincidió todo" para recalar en la ciudad, donde han dado vida a Sisón, en honor al pájaro (no 'Xixón', como se llama a Gijón en asturiano). 

Trigos antiguos que se están perdiendo, "extraordinarios"

Ya en Asturias, y con un negocio que echó a andar en plena pandemia, Peter ha apostado por un pan de calidad; y, según explica, "la calidad no solo es un pan saludable, sino que cuida también el tipo de agricultura de la que procede y su lugar de origen".

Y es que ha tenido claro su apoyo a pequeños proyectos que recuperan trigos antiguos: "Se han ido perdiendo porque no son muy productivos ni rentables", explica; y, "aunque cuesta un poco más porque la producción es menor, el sabor y sus características son extraordinarios". Peter valora, del pan que elabora con este trigo, "no solo que sea un pan de calidad, rico y saludable, sino que viene de la agricultura sostenible".

Así, "comprando directamente al productor, apuestas por el producto local", y, según el dueño de Sisón, "fomentas la diversidad agrícola para que no se pierda". Porque, asegura, "si no fuese por estos agricultores, estos trigos antiguos se perderían e irían a un museo o a un banco de semillas". "Son estos proyectos los que mantienen vivo al campo", ha zanjado.