La teoría de la olla y los garbanzos: ¿qué implica que Arcelor no construya una planta DRI en Gijón?
El carpetazo de la multinacional al proyecto anunciado a bombo y platillo en junio de 2021 pone en jaque la siderurgia integral en Asturias y un millar de puestos de trabajo
Asturias - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
El cambio de rumbo de ArcelorMittal en su plan de descarbonización en Asturias genera muchas dudas entre su plantilla. El carpetazo de la multinacional a la planta de reducción directa de mineral de hierro de Gijón, anunciada a bombo y platillo por Pedro Sánchez en 2021 y con una subvención europea de 450 millones autorizada, es "inasumible", dicen los representantes de los trabajadores de la siderúrgica en Asturias, que advierten de que en juego hay, aproximadamente, "un millar de empleos".
Pero, ¿por qué es tan importante la planta de reducción de hierro (DRI)? José Manuel Castro, representante de Comisiones Obreras en las plantas asturianas, explica en COPE que "la planta fabrica la materia prima con la que, en el horno, se fabrican los productos semielaborados que abastecen a las líneas acabadoras".
Sin la planta, el nuevo horno de arco eléctrico presentado, este jueves, en Gijón, no podría funcionar a pleno rendimiento. Por lo que, "a menos actividad, menos puestos de trabajo", reflexiona Castro, que pone como ejemplo a la acería de Sestao, al 10% de su capacidad.
Una olla sin garbanzos
"Cuando la nueva acería esté funcionando, podrá alimentar los trenes de carril y alambrón, en Gijón; pero, cuando perdamos uno de los hornos altos, el otro no va a poder alimentar a todas las instalaciones acabadoras de planos, en Avilés", explica Castro, que advierte de que "perderemos una tercera parte de capacidad de producción".
Por tanto, defiende que haber presentado la nueva acería eléctrica de Veriña y descartar la planta DRI "es como que te regalen una olla nueva, pero no te den garbanzos; no puedes cocinar en ella".
Deslocalización de la siderurgia integral
Castro aventura que, aunque la planta DRI no era la solución definitiva, "sin ella, estamos muertos, tardemos 10 o 12 años". Y cree que "sería un riesgo inasumible dejar de ser una siderurgia integral y convertirnos en unas instalaciones acabadoras, con las materias primas llegando desde otro sitio", como defiende la multinacional, que descarta, de momento, la planta DRI por los altos costes energéticos.
Según el CEO de ArcelorMittal España, el asturiano José Manuel Arias, "el acero es un producto que compite a nivel mundial y no tiene sentido que carguemos nosotros con una fabricación aquí más cara que la que se puede obtener fuera de Europa".
La compañía entiende que no se dan las circunstancias para apostar por la planta DRI proyectada en Gijón; y para Castro, este paso evidencia la falta de apuesta de ArcelorMittal por Europa "y, por ende, por Asturias".
Advierte la deslocalización de la producción europea: "ArcelorMittal se ha construido una megafactoría siderúrgica en India, con cuatro hornos altos, porque allí hay menos cuestiones medioambientales".