Dos universitarios asturianos cruzan Marruecos en un coche antiguo con 40 kilos de material escolar

Jesús Chamorro y su amigo Alfonso Hevia, estudiantes universitarios, se lanzan a una aventura en el desierto. Están a punto de comenzar el viaje-expedición más solidario de sus vidas. Los dos son amantes de los coches, tienen locura por los rallyes y quieren ayudar a los más desfavorecidos. Esto, y un giro del destino, los ha llevado a participar en el rally solidario por excelencia: el Uniraid 2024.

“Dos amigos ya lo tenían todo listo para participar en la carrera, pero, en el último momento, uno se lesionó jugando al fútbol, Me llamaron, me preguntaron si quería ir yo y les dije que encantado”, así ha contado Jesús el comienzo de su sueño.

A bordo de un coche con más de 20 años y tracción en dos ruedas -una de las normas del Unitraid-, Jesús, junto a su compañero de aventura, va a recorrer 2.400 kilómetros y "solo llevaremos un mapa de papel y una brújula para guiarnos. Allí los navegadores y los móviles no sirven para nada", asegura.

Eso sí, les han proporcionado una app para que puedan saber los kilómetros que van recorriendo y calcular, más o menos, la distancia que les queda por recorrer. Chamorro, que no siente miedo ante este reto, confiesa que "a mis padres, a mis abuelos y a mis tíos, todo esto les parece una auténtica locura, pero, somos jóvenes y nos apuntamos a todo". Asegura, sin embargo, que a sus amigos les parece “una pasada”.

Uno de los requisitos más importantes para participar en este rally solidario es aportar 40 kilos de material solidario. Jesús y Alfonso se pusieron en manos a la obra: "Al principio pensé que iba a ser muy difícil lograrlo, pero conseguimos casi el doble”, nos cuenta. Ahora, convertidos ya en UniRaiders, tendrán que superar el desafió de alcanzar la meta y entregar material solidario en las aldeas del desierto.

El Uniraid

El Uniraid, que arranca este fin de semana desde Tánger, cruzará Marruecos por el interior, atravesando el Atlas, donde harán entrega del material solidario y escolar a las aldeas seleccionadas por la organización. Los participantes tendrán que superar seis etapas con solo un roadbook, un mapa de mapa de papel y una brújula; sin GPS ni dispositivos móviles, a bordo de un coche de más de 20 años.

No es una carrera de velocidad. Se trata de un viaje-aventura en el que los participantes deben sortear todo tipo de obstáculos, desafíos y pruebas. Superar la prueba implica llegar a la meta y para lograrlo, los participantes tienen que desarrollar valores como el trabajo en equipo, la resolución de problemas y el apoyo mutuo.