Un paciente intenta agredir a puñetazos a un médico en Gáldar
El facultativo le pidió que se colocara la mascarilla obligatoria mientras el paciente hablaba por el móvil en el centro de salud
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un facultativo del Centro de Salud de Gáldar se ha salvado de la agresión física de un paciente, gracias a su rapidez de reflejos. Eso después de que el médico le pidiera que no hablara por teléfono tan alto dentro del establecimiento y que se colocara correctamente la mascarilla.
Los hechos se produjeron poco antes de las 17:00 horas de la tarde del martes, justo en el cambio de guardia de urgencias. Carmelo González, el doctor que sufrió el ataqué, narró a los micrófonos de COPE Gran Canaria que, desde mucho antes, “ya estaba armando el follón”. Según él, cuando el personal administrativo le llamó la atención por no llevar el cubrebocas, el hombre empezó a gritar y a amenazarles.
La situación comenzó a empeorar cuando le pidieron que esperara en un pasillo, antes de entrar a la sala de curas para sanarle su herida, que se encuentra justo al lado de la consulta de González. Hasta entonces, el médico asegura que no lo había visto, pero sí que no para de escuchar su escándalo.
Durante la espera, el agresor comenzó a gritar por el móvil, el cual estaba en modo altavoz. Ante la imposibilidad de escuchar a su paciente, el Carmelo González se asomó por la puerta y le pidió que guardara silencio. Además, volvió a repetirle que se pusiera bien la mascarilla.
"ARMÓ EL BRAZO PARA PEGARME Y PUDE CERRAR LA PUERTA"
Tal y como atestiguó González, el hombre “se levantó como un resorte”. “Menos mal que tenía la puerta en la mano. Armó el brazo para pegarme y yo pude cerrar la puerta. Él intentó entrar. Entonces, ya se movilizaron más personas, le empezaron a recriminar su actitud”, ha añadido. A pesar de que el usuario se calmó, llamaron al 112 y se presentó una patrulla de la Policía Local. Luego, hablaron con él, el agresor le pidió perdón a los agentes y se marchó tranquilamente.
El facultativo también ha apuntado que este centro de salud, como muchos otros, solo dispone de seguridad privada desde las 22:00 horas de la noche hasta las 8:00 de la mañana. Asimismo, ha destacado que, a su parecer, las fuerzas de seguridad de Gran Canaria están muy infradotadas. Ha reiterado que “hay muy poco efectivos, por lo menos en Gáldar” y que cree que “de Guardia Civil hay solo dos para toda la zona e intentan minimizar los riegos. Luego nos dicen que nos pongan denuncia, pero si ponemos denuncias no hacemos las guardias”.
Por todo ello, Carmelo González está intranquilo. El médico denuncia que no es la primera vez que ocurren este tipo de casos y que cada vez son más frecuentes. “Llevo trabajando en urgencias nueve años y, en cuatro años en los que trabajé en el centro de salud del puerto, yo no recuerdo episodios similares. Pero en las tres o cuatro últimas guardias...”, ha aseverado.
OTRAS AGRESIONES EN OTROS CENTROS
Otros médicos de los centros de salud de Guanarteme, del Puerto y de Canalejas también le han confesado a González que han observado un aumento significativo de este tipo de episodios. Por suerte, hasta el momento se han quedado en amenazas y sustos como “te voy a romper la cabeza”, pero los facultativos temen por la integridad física de todos los trabajadores del hospital.
González ha aprovechado la ocasión para relatar otros sucesos que han vivido él y sus compañeros de urgencias. “El otro día, a las 4 de la mañana, un señor vino buscando estupefacientes. Cuando le dije educadamente que no y le acompañé a la puerta, empezó a dar patadas y porrazos en la puerta. Otra vez vino la policía, la Guardia Civil en este caso”, pero volvió a quedar en nada.
El doctor ha asegurado que esta misma mañana, al salir de su guardia de noche, volvió a ver al agresor en el centro. “Ya no sé cómo acabó la historia porque me fui. Pero esto que les relato siempre es así. Llamamos a los medios policiales, tardan como veinte minutos o media hora en llegar, pero no se los llevan detenidos. No tienen consecuencias ninguna”, ha repetido.