La anunciada renovación de Pepe Mel, efectiva si el Tenerife queda entre los puestos 13 y 18

Una renovación de cara a la galería. Eso parece el anuncio de la continuidad de Pepe Mel hasta junio de 2026 si atendemos a las cláusulas de su actual contrato. En el documento ya venía reflejada una ampliación automática si el equipo firmaba la salvación y se ubicaba en la primera parte de la clasificación. 

Por tanto, el nuevo vínculo entre Mel y el Tenerife solo garantiza idéntico resultado si la ubicación final del equipo está entre el puesto 13 y el 18. En definitiva, al entrenador blanquiazul le basta con la permanencia para sellar su continuidad. En cambio, el descenso liberaría a ambas partes para romper el contrato sin coste alguno y sin necesidad de un acuerdo previo.

Con estos detalles resulta evidente que José Miguel Garrido buscaba un golpe de efecto que recordara a accionistas, empleados y aficionados que sigue mandando en la gestión deportiva del CD Tenerife. De nuevo la decisión fue tomada de forma unilateral por el máximo accionista, según revelan fuentes internas del club.

Y aunque conocía tal posibilidad, Mauro Pérez no fue consultado en la toma de decisiones. Mientras, el presidente Paulino Rivero se enteró con el contrato redactado y listo para ser firmado. Su peso en las decisiones deportivas del Tenerife sigue siendo cero.

Del consejo de administración ni hablamos. Aunque cuatro de sus miembros perciben una remuneración económica por su labor en la entidad blanquiazul, la capacidad para influir en el máximo accionista es nula. Y las reuniones, cada vez más esporádicas.

Los hombres de confianza de Garrido aducen la búsqueda de la “estabilidad” como motivo para proceder a esta renovación. Pero el Tenerife sigue en puestos de descenso a Primera RFEF. Una estabilidad que no les pareció necesaria el pasado curso, en el que firmaron a Asier Garitano por una sola temporada.