La inverosímil situación de un joven con una patología crónica en las Urgencias del HUC

Las denuncias sobre las carencias que presenta el servicio que presta la sanidad pública en Canarias siguen repitiéndose. Y uno de los puntos más conflictivos sigue siendo, sin lugar a dudas, el Hospital Universitario de Canarias en la isla en Tenerife. Una infraestructura hospitalaria anticuada, obsoleta y que a pesar de contar con la calificación hospital de tercer nivel, se muestra incapaz de dar un servicio digno a la población del norte de Tenerife y de la isla de La Palma.

Juan en un oyente de COPE que nos ha relatado la inverosímil situación que vivió en las Urgencias de este hospital, una auténtica odisea. Nuestro protagonista acudió junto a su hijo de 15 años, un chico que sufre de hematuria, una patología crónica que, a pesar de su corta edad, le produce fuertes dolores en las articulaciones de forma reiterada. Unos dolores que, en esta ocasión, se vieron agravados por un fuerte esguince de tobillo.

El médico de Urgencias, “se asustó”.

Según relata Juan, en Herrera en COPE Tenerife, “tras 7 horas de espera para ser atendido a pesar de tener una patología importante de base”, el médico que le recibió en primer término, “se asustó”, y tuvo que realizar “una interconsulta a otro médico, porque no sabía como actuar”.

Pero para sorpresa de nuestros protagonistas, el médico al que había que consultar el problema, era un traumatólogo que se encontraba en quirófano, “en medio de una operación”. Así las cosas, y ante la incredulidad de Juan, “la médico de Urgencias hablaba con un tercero, que a su vez le transmitía la situación al traumatólogo, que en plena intervención quirúrgica, y sin ver a mi hijo, le dio unas indicaciones”.

“Solo le recetaron paracetamol”

El padre denuncia que, “a pesar de los fuertes dolores de mi hijo, solo se le recetó paracetamol, y le dijo que pidiera hora para consulta en su traumatólogo de zona para otro día”. La consecuencia es que “tuve que llevar a mi hijo, que seguía con fuertes dolores y la movilidad reducida se su tobillo, a la sanidad privada, con el consiguiente gasto económico”.

Juan lamenta, “que a día de hoy mi hijo sigue sin cita en con el traumatólogo en la sanidad pública, y mientras, mi hijo sigue haciendo frente a la hematuria y a los dolores en sus articulaciones”.