Un gran girasol de hierro forjado recordará a Manu en la esquina donde murió tras un accidente

“Alegre, amigo de sus amigos, con un corazón más grande que el mío” así recuerda Rebeca Fernández a su hijo Manuel fallecido en un accidente de tráfico el 24 de julio de 2022.

Aquel día, Manu viajaba en su ciclomotor y a la altura de la calle Marqués de la Hermida en Santander, un accidente le hizo caer al suelo. La mala fortuna quiso que se golpeara la cabeza con un bolardo de esa esquina perdiendo la vida.

Es duro salir de un trauma así, a su madre Rebeca le costó volver a salir a la calle. Cuando lo hizo y se acercó a la fatídica esquina comprobó que ramos de flores colocados por amigos y vecinos del barrio pesquero, recordaban a Manuel en el lugar en el que murió.

Esa esquina será la que más brilla mientras yo esté en este mundo...solo un alma bonita, puede conseguir hacer de un lugar tan... un lugar tan bello. Grande de corazón hijo mío Manu, escribía Rebeca en su muro en Facebook.

Pero a Rebeca, esas flores que aparecieron en el lugar del accidente como lo suelen hacer en otros muchos, le parecían tristes, lúgubres. Entró en una tienda y los girasoles le llamaron la atención. Compró y puso uno. Desde ese día y cada vez que acudía a la consulta de su psicóloga, añadía un nuevo girasol.

Al mes del accidente, le llamó por teléfono una amiga de su hijo desde Tenerife y le mandó una fotografía de las flores que un vecino tenía en el balcón. Eran girasoles. Rebeca le preguntó por qué esa foto y la amiga le respondió que ella y Manu hablaban mucho de los girasoles. “Fue una señal, para mí el girasol ha sido el comienzo de mi reconstrucción” cuenta Rebeca en COPE Cantabria.

Desde entonces, los girasoles agarrados a una señal y a los bolardos en los que Manu perdió la vida, adornan e iluminan esa esquina de la ciudad. Una esquina en la que a partir de ahora lucirá un gran girasol en hierro forjado en recuerdo de Manu.

Pero a Rebeca, a quien todavía duele recordar lo sucedido, no le basta con este recuerdo. Ella sabe que Manu hubiera querido algo más gracias a “ese corazón tan grande”. Por esto, Rebeca ha puesto en marcha la Fundación Luz y Amor. Una fundación cuyo objetivo es ayudar y acompañar a las familias que han perdido un hijo.