INFORMACIÓN TAURINA
Un festival del Cotolengo para unirlos a todos
Varios apuntes sobre la XXXI edición de la benéfica cita de este domingo en la plaza de toros de Albacete
Madrid - Publicado el
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¿Quién le pone el cascabel al gato? Esa frase viene como anillo al dedo para reflexionar acerca de todo lo que ha sucedido con el festival a beneficio del Sagrado Corazón de Jesús desde que se conoció el cartel en los mentideros taurinos hasta que finalizó el evento benéfico.
Lo principal, y que pone a todo el mundo de acuerdo, es que hay que apoyar al Cotolengo de manera incondicional, pero también que la fecha elegida ha sido un volver a tropezar con la misma piedra. Frío en el tendido -menos del esperado en una soleada mañana- y una taquilla mejor que la cosechada en la última edición, aunque lejos de la deseable por todo el mundo. Es momento de darle la vuelta a la situación y regresar a los orígenes para lograr una buena suma de dinero en aras de asegurar la pervivencia de la institución.
Porque la organización, el Ayuntamiento, o parte del mismo, ha sido como el capitán Araña, que embarcaba a la gente y luego se quedaba en tierra. Se fija una fecha desconcertante por segunda vez y luego se recurre a los diestros locales para que saquen las castañas del fuego. Que toreen de manera altruista, se busque cada uno un novillo y que colaboren para ayudar al Cotolengo haciendo un esfuerzo tanto dentro como fuera del ruedo. Por eso, es de justicia reconocer su gesto solidario también este año. Sin ellos, los matadores locales, no se hubiera podido celebrar el festival y es una realidad que hay que poner sobre el tapete. Igual que ese familiar al que únicamente se llama para hacer mudanzas pero no para invitarle a comer, pues algo parecido. Les tocan las duras y no las maduras, por eso, sirvan estas líneas como reconocimiento a su firme, fiel y decidido apoyo al Cotolengo.
Tampoco hay que olvidarse de felicitar a los ganaderos, cuadrillas y a todos aquellos trabajadores del coso de la calle Feria que han arrimado el hombro en estos momentos tan complicados. También recordar que la empresa del coso, la UTE Casas Amador, que además de cumplir con las obligaciones que le corresponden por pliego (labores de taquilla, colaborar con un novillo y con las puyas y banderillas), ha contribuido aportando un sobrero, acción que también ha hecho Sonia González.
Por supuesto, agradecer también cada céntimo que ha llegado al Cotolengo vía compra de entradas por parte de los aficionados anónimos, su presencia en el tendido así como la ayuda brindada por todos en distintas iniciativas como la de los alimentos recogidos por la plataforma local “También somos cultura” en la puerta grande de la plaza de toros durante parte del fin de semana. Se han recolectado más de 4.000 kilos de alimentos y eso ayuda mucho a la institución. Grano a grano se llena el granero, sin duda.
Y es que parece haber surgido una chispa que debe avivarse para las próximas ediciones. Los responsables municipales de la cuestión taurina, con el concejal Vicente Casañ como cabeza visible, tienen que plantear desde ya el festival del Cotolengo 2022. Se requiere un mayor esfuerzo, trabajo y dedicación para lograr que la plaza de toros se llene hasta la bandera. No será tarea sencilla, pero un buen comienzo sería unir a toda la sociedad civil taurina de Albacete para conseguir que nuestra ciudad vuelva a sentir que el festival es una cita ineludible y no un evento que hay que organizar más por obligación que por devoción.
Hay que promocionarlo mucho más y presentarlo por todo lo alto porque este año la publicidad no ha funcionado como se esperaba ni en tiempo ni forma. Hay que ilusionar a toda la afición y buscar nuevas fórmulas para volver a encastar la solidaridad. El Cotolengo, su encomiable labor diaria y todos los que lo componen, se lo merecen. Para el viaje de este año, en lugar de alforjas para transportar una boyante taquilla, todos preparamos un buen abrigo. Eso debe cambiar. Ánimo y, valor y al toro.