EL ALBERO
Saliendo a no perder y marcando en el minuto 116
Un análisis del abono taurino de Albacete 2021
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Lo recuerdan, ¿verdad? Cuando todo el mundo andaba más que preocupado porque la cosa no estaba nada clara, llegó aquel disparo a puerta de Iniesta en el minuto 116 que hizo que se alcanzase la gloria. Esa explosión de alegría nos hizo olvidar todos los sinsabores de los 115 minutos anteriores. Ahora, hagamos la comparación con la tarde de Victorino Martín, Pinar y Serrano, un festejo histórico que significó una inyección de afición de calibre bien grueso. El abono transitaba por un buen compendio de mediocridad, con algunas gotas de calidad aisladas, y llegó el final apoteósico para maquillar y elevar la nota final. Ahora bien, la parte no puede sustituir al todo. De una serie de parciales, no podemos quedarnos con el último examen aunque hayamos obtenido un sobresaliente, porque tenemos que hacer la media y hacer balance de todo lo sucedido, desde la presentación de los carteles hasta el arrastre del último ejemplar de El Retamar el día 15 de septiembre.
¿Desde dónde partíamos? La carta de presentación de la UTE Casas y Amador fue un abono sin remate y a la baja, concentrando los carteles más atractivos en viernes y sábado, con una apertura de feria consistente en el festejo más flojo del abono y cerrándolo con el mano a mano local anunciando el único guiño torista del abono, encarnado en la figura de Victorino Martín. Mucha presencia de toreros relacionados directa o indirectamente con la empresa, unos merecidamente y otros no tanto, y varias ausencias sensibles como las de Roca Rey, El Juli, Pablo Aguado y Diego Ventura.
Entre la reducción de aforo hasta el 75% de capacidad, una clara política de contención de gastos, un modesto acto de presentación de los carteles y el abono anteriormente mencionado, la premisa era clara: salir a no perder. La suma de los elementos de un pliego exigente, una oferta de mejoras elevada y la incógnita de cómo responderá el aficionado local ante el miedo al COVID, sumando la dura situación económica, la incertidumbre era máxima. ¿No hubiera sido mejor presentar un informe económico al Ayuntamiento, indicando que no había Feria como tal, con la reducción drástica de visitantes y posibles compradores de entradas, y que eso afectaría negativamente al impacto económico del volumen de negocio, justificando y dando razones para llegar a un acuerdo y reducir festejos en 2021? Imaginen este mismo abono, ubicando el cartel del día 14 en el día 8, día de la Virgen de Los Llanos, reduciendo una tarde e incluyendo algunas de las ausencias. La Feria taurina habría tenido otro color, muy probablemente.
Porque los dos principales atenuantes de la empresa son la acechante y silenciosa sombra de la pandemia junto con la posibilidad de no renovar el abono y tener la reserva del sitio para 2022. El primero ya se ha explicado hasta la saciedad. El segundo, siendo el gran gesto y acierto de la UTE al mostrar sensibilidad con la afición y la dramática situación vivida, ha sido también lo que ha mermado sensiblemente el número de abonos renovados, y eso se ha hecho patente en un buen número de localidades vacías en barreras y contrabarreras que siempre han estado muy demandadas. Además, esto ha provocado que el abonado habitual haya acudido de manera puntual a algunos festejos, siendo ocupado sus asientos por un perfil de aficionado más eventual u ocasional.
Por supuesto que el público es soberano y su voluntad es sagrada, pero se ha notado ese criterio más voluble en la petición de orejas tras faenas muy normalitas y finalizadas con un uso defectuoso de los aceros. La pérdida de rigor y seriedad hace que el prestigio de la plaza se resienta, y eso no es una buena noticia para nadie.
La gestión fuera del ruedo
Ahora bien, pese a todo lo anterior, las entradas vistas en la plaza han sido mejores de lo esperado o previsto en un principio. Sin poner el cartel de “no hay billetes”, eso sí. Nadie duda que sea un triunfo el volver a organizar y dar toros en Albacete, pero eso no puede ser un cheque en blanco para que uno haga de su capa un sayo. Albacete es un tesoro, pero su crédito no es infinito. Si hay obligaciones que cumplir y también mejoras prometidas que llevar a cabo, toca hacerlas realidad. Y si no se hacen, al menos que se explique o se comuniquen las razones. Como muestra, varios botones: ¿qué pasó con la desencajonada, obligatoria por pliego y después desaparecida del cartel anunciador de la Feria? ¿El tradicional pasacalles taurino? ¿Y con el punto de venta de entradas, es decir, una taquilla en un lugar céntrico de la ciudad? ¿Y con el acuerdo firmado de publicidad, promoción y difusión que había con Teseo Comunicación? ¿Sigue vigente, está aplazado? La política de comunicación de la actual empresa debe mejorar enormemente de cara a futuras ferias. ¿Por qué no realizar un acto previo a la presentación de los carteles donde estén presentes los medios de comunicación y allí poder plantear cuestiones?
Es necesario contar con un jefe, responsable de prensa o como quieran llamarlo. Alguien que se encargue de gestionar las redes sociales y demás cuestiones similares porque, en pleno siglo XXI, es fundamental para lograr una buena difusión de nuestra plaza. Cierto es que se ha puesto en marcha la página web y que empleados de la plaza como Ángel y Juan Ángel Gómez se han esforzado y desvivido desde el primer minuto para facilitar el trabajo a los medios de comunicación así como la atención hacia los aficionados, pero la UTE Casas y Amador tiene que tomar buena nota de lo que tiene que mejorarse de cara a un futuro inmediato para transmitir con todo lujo de detalles el antes, durante y después de los festejos. Se comprometieron a hacer de Albacete un coso de temporada con vida taurina todo el año. Invertir no es sólo una mejora, es ya una necesidad.
Las ganaderías
Porque en el apartado artístico, vayamos al final para entender todo desde el principio. El día 16 se fallaron los trofeos oficiales de Albacete. Sergio Serrano y Victorino Martín coparon todos los premios, casualmente los nombres anunciados en ese último festejo del abono. En esas dos horas y medias de festejo, se despejó la incógnita de los triunfadores del abono. Cuando todo se asomaba al abismo del desierto, Serrano, Pinar y Victorino fueron un oasis que refrescó y calmó la sed de la afición. Pero eso no puede hacer olvidar que el trapío de los toros ha ido en forma de “V”.
Empezó con una seria presentación de Fuente Ymbro, una buena aunque desigual de Victoriano del Río, otra muy desigual de Daniel Ruiz, siguiendo con la impropia de Albacete de Juan Pedro Domecq, buena la de la novillada de Montealto y buena también la de Victorino Martín. En cuanto al comportamiento, quitando la casta de Montealto y Victorino, en el resto hemos visto algún toro suelto manejable o con opciones, pero lejos de lo que es un toro bravo y encastado. Demasiada desigualdad en la presentación y poca emoción, salvo Montealto y Victorino, en definitiva.
Los toreros y las cifras del abono
Se han cortado un total de 15 orejas, habiendo una única faena de dos orejas, la de Sergio Serrano. Se han contabilizado un total de cinco salidas a hombros (Manzanares, Paco Ureña, Leonardo Hernández, Rubén Pinar y Sergio Serrano). Se han dado tres vueltas al ruedo, escuchado 8 avisos, se ha devuelto un único toro (de Juan Pedro Domecq). ¿Qué evidencia esto? Que ha faltado rotundidad, en general. Hemos visto pinceladas aisladas y faenas que no han alcanzado grandes cotas artísticas han sido premiadas con orejas sin demasiada enjundia. Podemos rescatar a Luque, Manzanares, Morante, Ureña, De Justo, Perera, Pinar y Serrano. Ahora bien, ¿qué recordará la afición dentro de varios años? Háganse la pregunta y ustedes mismo hallarán la respuesta.
¿Prórroga?
Y es que ha sido un abono que no ha prendido hasta el final. El COVID, los carteles, la ausencia de normalidad, lo visto en el ruedo, o la suma de todo. El toreo también es un estado de ánimo, por eso, para futuras ediciones, no estaría de más el comenzar el abono con un cartel de categoría, tal y como se comprometió a hacer también la actual empresa. Recuerden: la oferta de Casas y Amador es la hoja de ruta a seguir. Las mejoras son el camino, siendo el fin lograr que Albacete vuelve a brillar con luz propia.
El coso de la calle Feria quizás ha pecado de aquella frase de “el que mucho abarca, poco aprieta”. Pues bien, es momento de valorar todo lo sucedido desde que el 7 de julio se presentase la empresa y que tanto Amador-Casas como el alcalde Sáez y el edil Casañ valoren la primera de las dosprórrogas por un periodo de dos años. En caso de solicitarse y concederse, debe tenerse en cuenta que, Dios quiera, el abono de 2022 estará cerca de la ansiada normalidad y ya habrá Feria de manera completa, tal y como la hemos conocido. Como reza el dicho, ya no podrán emplearse excusas de mal pagador para justificar carencias obligatorias u ofrecidas. Y dos, es posible que no vuelvan a contar con un festejo histórico sobre la bocina que venga a dejar todo lo demás en un segundo plano. Pase lo que pase, ya sea desde la grada del cinco -con columna de por medio o no-, en el callejón, en el tendido o subidos en el tejado, allí estará COPE para contarlo. Valor, y al toro.