Quinta del abono en Albacete
Ureña y Pinar se reivindican con notables “torrestrellas”
Puerta grande para el murciano y el albaceteño después de conseguir tres y dos orejas respectivamente. Vuelta al ruedo para el quinto de la tarde, de nombre Sabor
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Con la quinta de abono llegó el interés y la emoción a la plaza de toros de Albacete, y es que cuando dos toreros como el murciano Paco Ureña y el manchego Pinar exhiben sus armas ante toros con interés y casta –corrida de mucho matices idónea para debatir durante horas y horas-, la Fiesta gana porque la afición siente que no le han tomado el pelo. Garrido, que completaba la terna, no rayó a la misma altura de anteriores paseíllos en el albero de la calle Feria.
Porque la corrida Torrestrella tuvo emoción e interés, hubo de todo, pero de un conjunto interesante. Bien es cierto que ningún astado cumplió en varas, incluso varios hicieron pelea de manso al notar la puya, pero mostraron múltiples registros según avanzaba la lidia y eso siempre es positivo. Además, destacaremos los lidiados en cuarto y, especialmente, en quinto lugar, toro de vuelta al ruedo merecida en estos tiempos postmodernos y que incluso llegó a haber amago de petición de indulto (suspiro profundo). Pero entremos en materia.
Y el primero de la tarde fue recibido de capote por Ureña cerca de tablas, mejorando el lucimiento por verónicas al ir saliendo hacia al tercio. Empujó con un pitón y sin clase. Se falló el primer par de banderillas –pasar en falso, que se dice- y ya demostró en el resto del tercio que no poseía pujanza ni poder aunque sí un fondo de nobleza. El murciano volvió a iniciar en tablas su quehacer muletero a derechas con unos primeros pases de tanteo, con un toque de muleta además. Se fue a los medios y siguió insistiendo con la diestra toreando con los pies en paralelo, luego otra tanda irregular con ese mismo pitón, mostrando el toro su voluntad de embestir pero no tenía gasolina para hacer un largo viaje a pesar de los cites en la pala del pitón. Siguió con la zurda, donde vimos varios pases naturales de buen trazo, de uno en uno eso sí, pero con un punto estético. Finalizó con un par de series de cercanías, arrimón incluido. Mató de estocada trasera y desprendida que provocó derrame y cortó una oreja porque, poco a poco, con un trasteo cumplidor, se ganó un trofeo pedido con mayoría suficiente de pañuelos.
En el cuarto, al que Ureña recibió por verónicas en los medios, y que tomó un puyazo trasero en el que no puede rescatarse nada positivo, y que terminó aculado en tablas tras las banderillas, el torero comenzó con la diestra con circulares, siendo unos con más ligazón y colocación que otros, siendo en algunos pasajes algo encimista. Con la zurda hubo un salto de calidad, toreando reposado, en la rectitud y vertical, remantando con un gran pase de pecho. Volvió a la diestra sin obtener un gran registro por lo que prosiguió por naturales estéticos con la figura reposada. Y volvió a la derecha con el toreo accesorio. Una faena con momentos brillantes y con otros no tanto, en suma. Dejó una estocada de fulminante efecto y se le concedieron dos orejas a las que calificaríamos como eufóricas.
Porque, y ya lo dijimos el pasado día 8, el de Santiago de Mora, Rubén Pinar, aprovecha como nadie las oportunidades que se le brindan en Albacete, y que además tiene estrella en los sorteos porque suelen tocarle oponentes con opciones –o muchas- de triunfo, como el quinto de la tarde. Y luego él, con su estilo y maneras, cierra el puño y no deja escapar el triunfo. De esta forma, sorteó un segundo toro, primero de su lote, algo más terciado y sin remate, que fue picado trasero, empujando con un pitón y saliendo de la suerte suelto al notar el picotazo que le recetaron. Dolerse en banderillas tras el primer y tercer par, e iniciar con circulares con la diestra, descolocado y tirando líneas. Una segunda tanda más ligada aunque sin alargar los muletazos, luego otra serie con protestas del toro, y proseguir con la zurda con un recorrido más corto. Siguió en las cercanías con la diestra de nuevo y luego fue desarmado con la zurda. Labor irregular y donde quedó la sensación de que quedaron cosas por contar por parte de toro y torero. Mató tras pinchazo caído y delantero y estocada delantera y desprendida.
Pero en el quinto, ¡ay, el quinto!, ese es de esos toros que ponen a casi todo el mundo de acuerdo porque, aun recibiendo un gran número de capotazos, incluso algunos con toques al percal, y que tardeó en el caballo en un primer encuentro donde casi derriba al equino, es picado casi de refilón, sale de la suerte, y vuelve a entrar haciendo pelea de manso en un puyazo caído y trasero donde llegó a repuchar, siguió en banderillas yéndose arriba. En la muleta, el toro mostró repetición, humillación, casta, emoción, acometividad, fijeza, vamos, un gran toro en este tercio, si apuran con una mayor transmisión que el indultado hace apenas unos días –ya tenemos debate, ¡albricias!-. Pinar vio que ahí había mucho que rascar y se puso el mono de faena. Comenzó con la diestra por bajo, aprovechando el largo viaje del bicorne, alternó con la zurda y el toro siguió haciendo el avión. Se puso de rodillas al iniciar una serie con la diestra pero pronto se puso en pie para ligar con gran alborozo por parte de los tendidos. Empleó la zurda aunque algo descolocado y siguió el toro embistiendo y embistiendo. Se fue a por la espada y comenzó el conato de petición de indulto por parte de algunos espectadores. Rubén citó con la diestra aunque en la serie no terminó de lucir al toro y por eso la petición indultadora se enfrió. El diestro local se perfiló y dejó una buena estocada que le valió el doble trofeo y la vuelta al ruedo al toro de Domecq. Hace tiempo, algunos hubieran pedido el arrastre lento en lugar de solicitar el pañuelo azul, por aquello del caballo y la suerte de varas, pero ya saben cómo anda la cosa.
Por su parte, José Garrido, que completaba la terna, no firmó en Albacete una buena tarde, por desgracia. Se las vio con un toro geniudo –genio, que no casta- que sabía lo que se dejaba atrás con la diestra pero que por el izquierdo mostraba mejor condición. Y decimos manso con genio porque cantó la gallina en las dos varas que recibió, y que tampoco se entregó en banderillas. La animosidad que mostró con el capote, ganando pasos, lo mantuvo con la muleta, en una labor, como decimos, de oficio y pulcritud. Mató con pinchazo tras desarme, otro pinchazo, media estocada tendida y dos descabellos. Con el que cerraba plaza, un cornúpeta al que veroniqueó aceptablemente, y que pasó menos que de puntillas en varas y banderillas, Garrido inició su faena perdiendo algún paso y dando distancia al toro, lo que hacía que el toro se moviese mejor. Luego, cambió de registro y acortó terrenos y distancias, con un toreo encimista por ambos pitones en esforzado trasteo que no terminó de extraer lo que llevaba dentro el animal, que terminó soso y venido a menos. Mató de estocada entrando con decisión y cortó una oreja pedida por la mayoría de los presentes.
Ficha del festejo
Albacete. 5º festejo de la de Feria de la Virgen de los Llanos. Más de dos tercios de entrada en tarde soleada.
Se lidiaron seis toros de Torrestrella, correctos de presentación aunque con alguna desigualdad. Ninguno cumplió en varas. 1º, noble pero sin pujanza; 2º, falto de transmisión; 3º, manso y geniudo; 4º, con opciones; 5º, grandioso en la muleta, se le dio la vuelta al ruedo; 6º, aprovechable que terminó soso y a menos.
Paco Ureña, oreja y dos orejas.
Rubén Pinar, saludos y dos orejas.
José Garrido, silencio tras aviso y oreja.
Se demonteró Candelas en el quinto toro.
ENLACE AL VÍDEO DEL FESTEJO
https://vimeo.com/233555129