EN MEMORIA
El día que Pepe Domingo Castaño me llamó 'colega'
Se nos ha ido un gran comunicador, un creador en la radio y un maestro para muchos profesionales
Albacete - Publicado el - Actualizado
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Sentí un escalofrío la primera vez que Pepe Domingo Castaño dijo mi nombre en una ronda de partidos en Tiempo de Juego. Un escalofrío similar me recorrió el cuerpo de arriba abajo cuando entré al estudio de COPE el pasado 11 de marzo y, sentado entre el público, le escuché cantar la publicidad.
En un receso por una desconexión local, me acerqué con absoluto respeto a él, me estrechó la mano y puse en las suyas el libro de sus memorias "Hasta que se me acaben las palabras". Sin decir nada, firmó: "Para mi colega Miguel Yeste, con un abrazo lleno de radio y de VIDA. José Domingo..."
Nunca he pertenecido a un club de fans; nunca he sido de ídolos, pero lo de Pepe siempre fue especial porque por personas como él creo que la radio es mi vida y su voz siempre será el recuerdo de muchas noches de insomnio o de sueño tardío por escucharle; o el de los domingos volviendo en el coche familiar a casa con el soniquete de "¡Pepe, un purito!".
Me firmó ese libro que pedí a los Reyes Magos y que devoré sin darme cuenta en apenas cuatro días porque es un magnífico relato de la historia de España durante cinco décadas, con la comunicación y la radio como hilo fundamental y con la vida de un hombre que se la comió (la vida) de principio a fin.
En esas casi 600 páginas, Pepe pone, igual que ante el micrófono las palabras justas y los adjetivos en su sitio, porque no está al alcalce de cualquiera explicarte cómo se hace el pulpo a la gallega, hacerte comprar una desbrozadora, aunque no la necesites o declamar como los ángeles a la Feria de Albacete, esos mismos ángeles que ahora habrán hecho sonar sus trompetas al paso de un genio, un creador, un GRANDE de la comunicación.
"Colega" pone en esa dedicatoria. ¿A qué más puedo aspirar?.