¿Sabías que los bordados de Lagartera se hicieron famosos en el reinado de Enrique VIII?
El diseñador internacional y embajador de la artesanía de Castilla-La Mancha, Tomás Alía, nos descubre esta fascinante historia
Toledo - Publicado el - Actualizado
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En un viaje histórico que marcó el verano de 1501, la infanta Catalina de Aragón, hija menor de los Reyes Católicos, emprendió su travesía hacia Inglaterra para unir su destino al rey Enrique VIII. Sin embargo, lo que podría haber sido simplemente un enlace real se convirtió en un capítulo determinante para la artesanía española y, en particular, para los bordados de Lagartera.
Acompañando a la futura reina en su travesía se encontraban labranderas del pintoresco municipio toledano de Lagartera. Estas hábiles artesanas, con sus bordados magistrales, no solo decoraron las vestiduras de la infanta, sino que también dejaron una marca imborrable en la corte real de Inglaterra y, posteriormente, en los reinos de Europa.
La exquisitez de los bordados lagarteranos se volvió rápidamente la sensación en la corte inglesa. Las prendas decoradas por estas hábiles manos se convirtieron en un símbolo de distinción y elegancia.
Aunque el origen exacto de estos bordados se pierde en la bruma del tiempo, las investigaciones actuales están destapando fascinantes historias, como la que revela que la Reina Catalina lucía con orgullo los bordados lagarteranos en sus camisas y vestidos, tal y como atestiguan los retratos pintados por los artistas de la Corte.
Tomás Alía, reconocido diseñador internacional y embajador de la artesanía de Castilla-La Mancha, comparte estas reveladoras historias. Entre las distintivas artesanías de la región, destaca la cerámica artística de Talavera, pero también resalta la excelencia de las labores de Lagartera que, gracias a aquel viaje histórico, conquistaron la admiración y el gusto de la realeza y la aristocracia europea. “Cuando Catalina de Aragón se fue a Inglaterra, ella lo que llevó es una corte de mujeres de Lagartera que llevaron el Black point, como se llamaba en Inglaterra o el Spanish Point, esto está reflejado en todos los techados del siglo XVI de Lagartera y está reflejado en toda la pintura contemporánea a Catalina de Aragón que llevó por toda la corte Inglesa”. “Desde Lagartera salió este punto y se instaló como moda en toda la corte”.- Dice Tomás
Así, la travesía de la infanta Catalina se convierte en un capítulo fundamental no solo en la historia de la realeza, sino también en el legado artístico de Lagartera, que continúa deslumbrando con sus finos bordados y su herencia centenaria.
Los bordados de Lagartera han sido declarado recientemente como Bien de Interés Cultural, pero en la incansable búsqueda de preservar y celebrar las riquezas culturales, Tomás Alía y todos los que trabajan por la promoción de los bordados de Lagartera están preparando un expediente para presentar ante la UNESCO y buscar para estos finos trabajos textiles el prestigioso título de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, al igual que la cerámica de Talavera y Puente.
Con cada puntada, con cada hilo, se teje no solo una pieza de arte, sino también un relato cultural que merece ser reconocido y preservado para las generaciones venideras. En este viaje hacia la UNESCO, la comarca talaverana y sus bordados de Lagartera buscan asegurar su lugar, llevando consigo la historia y la pasión de una comunidad que valora y celebra sus raíces. Aún queda mucho camino por recorrer, pero se trabaja con “ilusión”, asegura Tomás, que además cuenta varias novedades de esta localidad: “El Ayuntamiento de Lagartera se le ha concedido un proyecto que he diseñado, donde a Lagartera irá un centro de estudios que va a servir para conectar con la cultura textil en general, con la empresa textil en general y será un centro donde investigadores y jóvenes podrán acercarse. Además, va a ser un eje vertebrador de la economía”.