El problema oculto en miles de hogares que debes conocer antes de 2032: Salamanca obligará a solucionarlo en un millar de edificios
La patronal de la construcción salmantina AESCON está satisfecha con la medida para retirar de forma segura el amianto. "Un trabajador de la construcción no puede retirar amianto, lo hacen empresas especializadas"
Salamanca - Publicado el
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¿Te has preguntado alguna vez si el edificio donde vives tiene restos de amianto? ¿O si las bajantes de tu casa en el baño y la cocina son de amianto?
A pesar de que este material tiene prohibido su uso en España desde 2001 quedan todavía edificios que lo contienen. El objetivo es erradicar todo resto de este material porque es perjudicial no solo para la salud humana; sino también para el medio ambiente.
Salamanca registra más de un millar de edificaciones e instalaciones que tienen este material. En algunos casos en muy mal estado. Se pueden apreciar sus fibras que son altamente tóxicas. Aunque es un material prohibido y en desuso, su vida útil ronda los 35 años. Es importante retirarlo de las vidas de los salmantinos, pero ese trabajo hay que hacerlo con total seguridad
El Ayuntamiento de Salamanca se ha puesto manos a la obra y en breve será una realidad una ordenanza municipal que regulará su retirada. Contará con un periodo de alegaciones e incorporará diferentes plazos para que todos los restos de amianto desaparezcan de los edificios de la ciudad antes del 31 de diciembre de 2032. Fernando Carabias, concejal de Fomento, explica que antes de 2026 se retirarán aquellos restos de amianto cuyo nivel de peligrosidad es elevado para el ser humano.
Un trabajador de la construcción no puede retirar amianto
La patronal de la construcción AESCON se encuentra más que satisfecha con esta regulación que por otro lado da cobertura al procedimiento exigido por la Disposición Adicional de la Ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular.
En HERRERA EN COPE SALAMANCA hemos hablado con su presidente Manuel Prieto quien nos ha contado que la retirada la realizan empresas muy especializadas. Sus trabajadores utilizan protecciones especiales y como máximo solo pueden permanecer expuestos al amianto cuatro horas.
A Manuel le hemos preguntado qué ocurre si en una obra un trabajador de la construcción se topa con amianto. Manuel nos ha contado que si ocurre el trabajador debe abandonar el lugar y avisar a la empresa de construcción. “Un trabajador de la construcción e incluso una empresa de construcción no puede retirar amianto porque se exponen a una sanción”, manifiesta.
Derramas o pedir préstamos
El Consistorio salmantino se encuentra creando un censo de las edificaciones con cubiertas con amianto. Se comprueban cuáles están realizadas con la famosa uralita, pero también ese censo puede registrar amianto en las tuberías de fibrocemento, en recubrimientos exteriores o salidas de chimeneas.
En muchos casos la retirada de este material correrá a cargo de las comunidades de vecinos. Ese trabajo no es nada barato porque, como ya hemos reseñado, lo realizan empresas especializadas. En COPE Salamanca le hemos preguntado a Ángel Hernández, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Salamanca, qué pueden hacer las comunidades de vecinos.
“Las opciones son básicamente dos: o realizar una derrama que no suele sentar nada bien a los vecinos o, la más factible, pedir un préstamo bancario”, nos dice.
Añade que “ahora mismo existe cierta flexibilidad en los préstamos y las entidades bancarias lo ponen fácil”. Cierto es, manifiesta, que tiene un coste añadido de intereses pero merece la pena.
Actualmente las empresas, a diferencia de lo que ocurría antes, están muy ajustadas y necesitan cobrar cuanto antes los trabajos realizados.
Relación entre el amianto y el cáncer
El amianto es un material tóxico. El trabajador que está expuesto al amianto sin protección adecuada puede sufrir importantes problemas de salud en el futuro.
Según explica el Sacyl, el Sistema Sanitario de Castilla y León, los riesgos derivados del amianto están producidos por la inhalación de las fibras de amianto, siendo las de menor tamaño las que alcanzan las vías aéreas inferiores. La longitud y configuración de las fibras (pequeño tamaño y forma larga y delgada) influye en su capacidad de penetración en las vías respiratorias, ya que pueden permanecer en suspensión en el aire durante mucho tiempo y por lo tanto poder ser respiradas.
Una vez dentro de los pulmones, los mecanismos de defensa del organismo tratan de descomponerlas y expulsarlas, siendo muchas las fibras de amianto que consiguen quedarse en el cuerpo y permanecer en él durante mucho tiempo.
El amianto (en todas sus variedades) está clasificado según la Legislación Española como cancerígeno de primera categoría, es decir, "sustancias que se sabe, son carcinógenas para el hombre".
La patología profesional producida por la exposición a fibras de amianto está recogida en el Real Decreto 1299/2006 de 10 de noviembre, por el que se aprueba el cuadro de enfermedades profesionales en el sistema de la Seguridad Social y se establecen criterios para su notificación y registro, siendo conocida como asbestosis o fibrosis pulmonar, el cáncer de pulmón y el mesotelioma pleural o peritoneal.
Los principales efectos sobre la salud derivados de la exposición al asbesto son: La asbestosis (fibrosis pulmonar), el cáncer de pulmón y el mesotelioma (pleural o peritoneal), habiéndose encontrado también asociación con otras neoplasias (carcinomas gastrointestinales o de laringe). Existe sospecha, no confirmada, de que el asbesto puede producir otros cánceres (riñón, ovario, mama).