El Medallón de Alfonso IX va cobrando forma al compás del cincel y el martillo de Oscar Alvariño
El artista que talla la imagen del precursor del estudio salmantino, ha esculpido ya otros seis medallones del ágora
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Salmantinos y visitantes miran con curiosidad el cajón de madera que cubre un andamio colocado en el pabellón de Petrineros en la Plaza Mayor de Salamanca. Tras las bambalinas de esta estructura de madera se escucha el repicar incansable del martillo. Oscar Alvariño es la persona que se esconde detrás de este bastidor.
Profesor Titular del Departamento de Escultura de la Facultad de BBAA en la UCM. Vive y desarrolla su trabajo en la ladera de la “Camorza” en el Parque Regional de la Cuenca alta del río Manzanares. Alvariño es uno de los escultores más reconocidos en nuestro país. Sus obras están diseminadas no sólo en toda la región, sino en lugares como Menorca, Granada, Cádiz o Las Palmas de Gran Canaria.
Su trabajo y su nombre ya han hecho historia porque hasta la fecha ha esculpido otros 6 medallones en el ágora salmantina. El primero dedicado a la figura de Miguel de Unamuno en 1986. Después llegaría la efigie de Elio Antonio de Nebrija, la escultura de Fernando VII y la de Alfonso XII, así como la de Don Juan de Borbón y La Primera República hace ya 18 años.
Subido al andamio y aislado de curiosos y paseantes, trabaja con responsabilidad e ilusión la porosa piedra de Villamayor. "No es fácil dar forma a este material, porque tampoco hay margen para el error. La dureza de la piedra no es homogénea y se trabaja con el sistema de puntos por el que se proyecta la imagen obtenida del prototipo en escayola, a la piedra" asegura.
"Cuando te pones a crear un busto, te centras en conocer en profundidad al personaje para trasladar su esencia, es como bucear en el alma de un personaje histórico, en este caso Alfonso IX".
Oscar Alvariño Belinchón, se aísla del mundo tras un telón de madera y deja su huella a golpe de maza y martillo en la Plaza Mayor, como si ni siquiera intuyera que su obra ya es eterna.