Iglesia Noticia
«Nuestra indiferencia los condena al olvido»
Teresa Esquiliche y Sergio Barea nos presentan la 63º Campaña Contra el Hambre de Manos Unidas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Acabamos de celebrar San Francisco de Sales, patrón de los periodistas. El periodismo, qué profesión tan maravillosa, que nos permite a quienes la ejercemos conocer y acercar la verdad al público. Aunque, como decía el periodista Ryszard Kapu?ci?ski, «cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante». Qué lástima que el cuarto poder acabe sujeto a intereses que poco tienen que ver con la defensa de la realidad, cambiando información por manipulación.
Cuando hace un año el Gobierno entregó un informe sobre las propiedades de la Iglesia católica, la Conferencia Episcopal y las diócesis procedieron a un análisis con el que descubrieron que más de un millar de bienes que se les atribuían, no les pertenecían. Seguro que en los últimos días han leído o escuchado titulares como «la Iglesia tiene que devolver bienes que no son suyos», ¿verdad? Sin embargo, No es que el Estado haya descubierto que la Iglesia había inmatriculado indebidamente mil propiedades, sino que es la Iglesia quien ha aclarado al Estado los errores existentes en el listado manifestando que, por justicia, eso no es suyo. Para entendernos, el ejemplo puesto por el obispo José Ignacio Munilla: «es como si, al pagar en un comercio, el dependiente se equivoca y te adjudica más cambio del que te corresponde; y al advertirle tú del error, alguien que pasaba por allí dijese: “¡Menos mal que ha devuelto lo robado!» ¿Ven ahora la diferencia entre información y manipulación?
Cambiamos de asunto. La pandemia del coronavirus se ha cobrado decenas de miles de vidas en todo el mundo. Pero no solo eso, también ha agravado la desigualdad y está previsto que el número de personas que sufren hambre se duplique. Personas que antes carecían de recursos para vivir y a las que hoy, la pandemia, ha puesto en una situación límite. Pero siempre hay manos amigas que trabajan para ayudar a los más olvidados, manos como las de Teresa Esquiliche, presidenta de Manos Unidas Segovia. O las de Sergio Barea, voluntario de la organización.
Teresa lleva poco más de un año al frente de la organización Manos Unidas en nuestra Diócesis. Tiempos difíciles los que le ha tocado vivir, aunque hace un balance muy positivo ya que han soplado nuevos aires con las nuevas incorporaciones, y se han podido realizar algunas actividades (cuentacuentos, veladas musicales, concierto de Navidad...) que han resultado todo un éxito. Con la vista puesta en la 63º Campaña Contra el Hambre de Manos Unidas, el lema es «Nuestra indiferencia los condena al olvido, es hora de actuar». Sergio asegura que en un tiempo en el que estamos acostumbrados a mirarnos a nosotros mismos, hemos dejado a un lado determinados valores sociales y cristianos. «Si lo estamos pasando mal aquí, ¿qué no estarán pasando en los lugares más pobres?» se pregunta, para subrayar que debemos ser altavoces de lo que ocurre y pregonar las necesidades de quienes la alimentación o la seguridad se antoja difícil.
Aunque Manos Unidas trabaja con un fondo común del que posteriormente se nutren los diversos proyectos, en Manos Unidas Segovia van a trabajar por garantizar el acceso al agua potable en Kenia y por asistir a los pequeños agricultores en India. Dos proyectos iniciales a los que quieren sumar otros tres a lo largo del año. Aunque este año tampoco podrá celebrarse el tradicional ‘Bocata solidario’ en el Día de Ayuno Voluntario, desde Manos Unidas trabajan para poder organizar actividades y eventos con los que poder colaborar y aportar nuestro granito de arena. Por lo pronto, iremos escuchando una nueva edición del Cuentacuentos solidario y podemos hacer nuestras aportaciones a través del código Bizum 02839.