253 años de la consagración de la Catedral de Segovia

Dedicada a la Asunción de la Virgen al Cielo y a San Frutos se consagró 243 años después de la colocación de la primera piedra en 1525.

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Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Este viernes 16 de julio se celebra el 253 aniversario de la dedicación de la Santa Iglesia Catedral de Segovia. La misa de conmemoración tendrá lugar el sábado a las 10:00 y se encenderán las doce cornucopias instaladas en el templo con motivo de la consagración.

Durante este día, como de lunes a domingo, se puede visitar la Catedral y recorrer la historia constructiva del templo hasta su consagración. Las visitas guiadas a la Catedral son otro opción para adentrarse en el arte, fe e historia de la mano de los guías oficiales de lunes a domingo a las 11:00, 12:30 y 17:00.

La consagración de la Catedral de Segovia tuvo lugar un 16 de julio de 1768. Hasta este punto hubo que pasar por tres campañas constructivas que se prolongaron hasta el año 1685 cuando se inició la construcción de la capilla de los Ayala Berganza o del Sagrario, exponente barroco del conjunto catedralicio, y que quedó terminada en 1730.

Para ir al origen del templo hay que remontarse al 8 de junio de 1525 con la colocación de la primera piedra bajo la supervisión de Juan Gil de Hontañón, contratado por el Cabildo para diseñar las trazas. Tras su prematura muerte en el 1526, fue su hijo, Rodrigo Gil de Hontañón, quien se hizo cargo de los trabajos de construcción junto al aparejador, García de Cubillas, y el canónigo fabriquero, Juan Rodríguez, que aunaban esfuerzos para cerrar la nave central, de la Epístola y del Evangelio y las capillas hornacinas. Uno de los motivos era trasladar cuanto antes al Santísimo Sacramento y comenzar con la celebración del culto diario.

El traslado del Santísimo y la primera eucaristía tuvieron lugar el 15 de agosto de 1558, coincidiendo con la festividad de la Asunción de la Virgen al Cielo, a quien está dedicada el templo, junto al Patrón de la Diócesis, San Frutos. El traslado comenzó a las siete de la mañana desde el desaparecido convento de Santa Clara, que hoy quedaría ubicado en la cabecera de la Catedral, y se adentró en el templo a través de la Puerta del Perdón. Esta primera eucaristía fue presidida por el obispo Gaspar de Zúñiga y Avellaneda.

Según recoge el ilustre historiador segoviano, Diego de Colmenares, la procesión del traslado y los actos organizados en torno a ella gozaron de un amplio despliegue y festejos como muestra de devoción del pueblo segoviano hacia Dios y la Virgen. En cuanto a la procesión, instrumentos musicales, cofradías y numerosas parroquias abrían el desfile que contaba, como punto principal, con las reliquias de San Frutos y sus hermanos -San Valentín y Santa Engracia-, la imagen de Nuestra Señora de la Paz, portada por 12 clérigos, para cerrar con el Santísimo Sacramento que se situaba bajo un rico palio portado por 24 regidores y caballeros.

En cuanto a los festejos organizados, antesala de la Consagración del templo que ocurriría 210 años después, la Catedral se llenó de luminarias, se corrieron toros el día anterior y las calles se encendieron con hachones y animales de fuego.

Todo el ventanaje de nuestra ciudad cuajado de luces. Y como por la altura de su sitio está descubierta a las llanuras de Castilla la Vieja, de muchos de sus pueblos se divisaban las luces que sin duda pasaban de veinte mil. Diego de Colmenares (1586-1651)

La segunda y tercera campaña constructiva se iban sucediendo a pesar de los continuos problemas de financiación para seguir un ritmo constante en las obras. En el calendario sobresale una fecha importante: 1685 con el cierre del crucero.

Meses antes de la consagración, en el 1767, comenzaron los preparativos desde el Cabildo y por parte del obispo de la Diócesis, José Martínez Escalzo. La Catedral de Segovia debía de tener todo preparado y se encargaron cornucopias –espejos visibles en la actualidad a lo largo de todo el templo- y cruces para ser distribuidas por las naves.

A falta de menos de un mes para la consagración, el 20 de junio, se invita oficialmente a fieles y sacerdotes para colaborar con la Catedral, tanto en su limpieza como en las tareas de decoración.

En la víspera del 16 de julio de 1768, el ambiente festivo recorría ya toda Segovia y el volteo de las campanas, periódicamente a lo largo del día, invitaba a la oración y a la preparación espiritual, a lo que el clero se unió ayunando durante toda la jornada.

Finalmente, el 16 de julio tuvo lugar la Solemne Consagración y Bendición, 540 años después de la consagración de su anterior catedral, emplazada frente al Alcázar y muy dañada durante la Guerra de las Comunidades, 1520-1522.

El coro comenzó a entonar los cantos a las cuatro y media de la madrugada y el rito de la consagración se inició una hora después. La celebración se prolongó durante varias horas y no fue hasta las doce del mediodía cuando el obispo, Martínez Escalzo, abandonaba el templo, según se recoge, entre los aplausos y vítores de los segovianos por ver concluida, tras más de dos siglos, su Catedral.

En la actualidad, esta fecha queda recogida de forma permanente en la placa situada en la girola, flanqueada por dos cornucopias.

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