Profesiones en peligro de extinción y negocios sin relevo generacional
Hacen falta profesionales porque uno de cada cinco trabajadores tiene planeado jubilarse en la próxima década
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Se están convirtiendo en una especie en peligro de extinción. Los kioscos están desapareciendo de nuestras calles. Por el Mediodía en COPE te contamos las historias de trabajadores que sobreviven a duras penas al frente de negocios con márgenes de beneficios cada vez más ajustados, pero sobre todo porque no tienen manos en las que dejarlos cuando concluya su vida laboral.
Alberto pasó por delante del kiosco que hoy regenta en la Plaza de la Constitución de Valladolid. Un cartel anunciaba la venta. “Fue casualidad”. Llegó a un acuerdo con la propietaria y hoy es él quien está detrás del mostrador rodeado de periódicos, revistas y con olor dulces y caramelos. Es la imagen que está desapareciendo de las calles. Sólo en Valladolid quedan 40 establecimientos y en los últimos años ha desaparecido el mismo número.
Los márgenes son cada vez más estrechos, nos cuenta Antonio quien se dedica al negocio del kiosco en Plaza de España. En los últimos años, en su entorno más próximo han echado el cierre tres de ellos, pero aún así no ha notado que sus clientes hayan aumentado, “no recoges todo, apenas un 10 o un 15 por ciento”. Menos clientes y menos margen de beneficio. “La gominola nos ha subido mucho, siete céntimos y la vendemos a diez. Estamos trabajando muchas horas, vendes algo, pero el margen es muy pequeño y, claro, no puedes subsistir”, lamenta.
Transportistas al borde de la jubilación
El relevo generacional pone en jaque a profesiones imprescindibles como el sector del transporte de viajeros o de mercancías. Hacen falta profesionales porque uno de cada cinco trabajadores tiene planeado jubilarse en la próxima década, según el Instituto Nacional de Estadística. En el transporte se ha pasado de una media de 46 años a los casi 52. Fernando García, presidente de la federación regional del transporte en autobús, cuenta en Herrera en COPE que la edad de quienes participan en los cursos de formación da una idea de hacia dónde va el sector. "En el rango de edad de 20 a 30 años había cuatro y, de 51 a 60 había 65. Se nos van a jubilar muchísimos conductores y no tenemos relevos. Hay empresas con vehículos parados y sin cubrir servicios porque no hay gente”, comenta.
Para cubrir todos los servicios, el discrecional y el regular, se necesitarían unos 500 conductores cada año en Castilla y León. Los sueldos son atractivos, nos explica, pero no así los horarios. La conciliación es un factor que frena.
Siete de cada diez transportistas llega a los 50 años. Los más jóvenes la esquivan porque cada vez es menos atractiva: horarios o inseguridad en las áreas de descanso, pero es una actividad imprescindible porque todo lo que llega nuestras casas llega por carretera. Óscar Baños, portavoz de la federación del transporte por carretera indica que se avecina un “problema grave” porque todo pasa por el transporte por carretera, “o conseguimos conductores o tendremos todos un problema”.