Bruselas pide a Aragonès que se cumpla la sentencia sobre el uso del español
Actualmente, el Tribunal Constitucional debe pronunciarse sobre la sentencia de la lengua
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El comisario europeo de Justicia, Didier Reynders, le pidió este jueves al presidente catalán, Pere Aragonès, que la Generalitat cumpla con la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que obliga a que un 25 % de las clases sean en castellano, durante el encuentro que mantuvieron hoy en Bruselas.
Según informaron fuentes comunitarias, "Reynders subrayó la importancia de aplicar las sentencias de los tribunales", mientras que Aragonès "le explicó las cuestiones relacionadas sobre el uso de las lenguas en las escuelas en Cataluña".
Por su parte, fuentes del entorno de Aragonès, aseguraron, no obstante, que el comisario no le pidió expresamente al presidente el cumplimiento de la sentencia del 25 % del castellano, sino que le trasladó una petición genérica de que las leyes deben cumplirse, algo que según las citadas fuentes, la Generalitat está haciendo, por el acuerdo entre ERC, JxCAT, PSC y Comunes para cambiar la ley.
Actualmente, el Tribunal Constitucional debe pronunciarse sobre la sentencia de la lengua, después de que aceptase a trámite el recurso del PP y Cs contra el decreto que traslada la responsabilidad de los proyectos lingüísticos al Departamento de Educación.
PP y Cs recurrieron varios artículos del decreto que traslada la responsabilidad de los proyectos lingüísticos al Departamento de Educación, para proteger así a los directores de centros, y evita hablar de porcentajes.
Dicho decreto fue aprobado por el Govern cuando faltaba un día para que expirase el plazo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para aplicar la sentencia del 25 % de castellano en las escuelas catalanas.
Precisamente Ciudadanos ha mandado diversas cartas sobre este asunto a Reynders, aprovechando que el comisario forma parte de la familia liberal europea.
Aragonès y Reynders hablaron también sobre el caso de espionaje con el Programa Pegasus, del que tanto el presidente catalán cómo varios líderes independentistas fueron víctimas.
El jefe del Ejecutivo catalán trasladó al comisario su "preocupación" por cómo el Gobierno español "está gestionando" el caso, según explicó en declaraciones a la prensa tras el encuentro, en el que pudo "constatar que "las instituciones europeas están preocupadas por esta cuestión".
Según las fuentes, Reynders recordó que Bruselas "ha dejado claro en numerosas ocasiones que condena firmemente cualquier acceso ilegal a la comunicaciones interpersonales".
El Ejecutivo comunitario ha enviado una carta a España solicitando información sobre el caso de espionaje, que el Gobierno aún no ha respondido.
No obstante, la Comisión ha señalado en varias ocasiones que son los tribunales nacionales los principales responsables de investigar los escándalos de espionaje y, las citadas fuentes, "espera que hagan total uso de sus poderes".
La Justicia española está investigando el presunto espionaje con el programa Pegasus de los teléfonos móviles de Aragonés y cuatro altos cargos del Gobierno de España, entre ellos los ministros de Defensa, Margarita Robles, e Interior, Fernando Grande-Marlaska.
El encuentro entre Aragonès y el comisario europeo supone un paso más en la normalización de la relación entre el Gobierno catalán y el Ejecutivo comunitario, después de que el presidente catalán se reuniera en Barcelona, el pasado mes de mayo con el vicepresidente de la Comisión, Margaritis Schinas.
Antes, en mayo, Aragonès mantuvo un breve encuentro con la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, también en Barcelona, durante un acto del Cercle d'Economia, en el que también estuvo presente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
En 2015 fue la última vez que un presidente catalán, entonces Artur Mas, mantuvo un encuentro en la sede de la Comisión en Bruselas, con la entonces comisaria de Transportes, Violeta Bulc.
Aragonès se reunirá este viernes con el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, para ofrecer a Cataluña como un centro de diseño de chips.