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El gesto que haces en la piscina y que puede dejarte ciego de por vida: "Un peligro invisible"

Expertos en oftalmología advierten de esta práctica que supone un grave riesgo para la salud

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El gesto que haces en la piscina y que puede dejarte ciego de por vida: "Un peligro invisible"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El uso de lentillas mientras se nada en la piscina o en el mar, es una práctica más común de lo que se cree. Sin embargo, esta acción puede ser extremadamente perjudicial para la salud ocular.

Expertos en oftalmología advierten que las lentillas deben evitar todo tipo de contacto con el agua, ya sea de piscinas, duchas, ríos o cualquier otra fuente. El único líquido seguro para las lentillas es la solución específica para su limpieza o las lágrimas naturales del ojo.

Un potencial peligro

Una de las principales razones para evitar el contacto de las lentillas con el agua es la presencia del microorganismo Acanthamoeba. Este protozoo se encuentra en el suelo y en agua dulce, incluyendo aguas recreativas como las de piscinas.

Aunque normalmente no es un patógeno, en ciertas condiciones puede causar queratitis, una infección grave del ojo. La queratitis por Acanthamoeba puede provocar daño en el tejido corneal y, en casos extremos, pérdida de visión.

El mayor factor de riesgo para esta infección es el uso inadecuado de lentes de contacto, especialmente bañarse o ducharse con ellas puestas, ya que este microorganismo puede adherirse fácilmente a las lentillas y resistir el cloro utilizado en las piscinas.

El Acanthamoeba es especialmente peligroso porque puede encontrarse en una variedad de entornos acuáticos, como ríos, lagos, estanques e incluso en el agua del grifo.

Aunque la mayoría de las especies de este protozoo son inofensivas para los humanos, bajo las condiciones adecuadas, pueden causar queratitis por Acanthamoeba.

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Los síntomas de la acanthamoeba

Esta infección, aunque rara, es muy peligrosa y sus síntomas incluyen inflamación de la córnea, lagrimeo, enrojecimiento, dolor intenso y deterioro de la visión.

Además del riesgo de infecciones, las lentillas en contacto con el agua pueden deformarse, hincharse y pegarse al ojo, causando molestias y potenciales daños.

Por estos motivos, es esencial evitar que las lentillas entren en contacto con el agua al bañarse o ducharse. Tampoco se deben guardar en agua del grifo, ya que esto puede aumentar el riesgo de infección y daño ocular.

Para proteger la salud de los ojos, es crucial seguir las recomendaciones de cuidado y uso de las lentillas y evitar cualquier contacto con el agua no tratada específicamente para su limpieza.

¿Cuánto tiempo puedo llevar las lentillas puestas?

En la actualidad, existen lentes de reemplazo de tipo diario, semanal, quincenal, mensual, trimestral y anual. ¿Qué significa esto? Sencillamente, que se cambian según la cantidad de días o meses propuestos por el fabricante. Hay muchísimas marcas y modelos.

Las que se reemplazan a diario, proporcionan mayor seguridad e higiene, ya que tras quitarlas inmediatamente las tiras a la basura. Por ese motivo, y debido a que son las que mejor se adaptan, al igual que las mensuales, se utilizan más que el resto.

Las bimensuales se ponen únicamente durante 15 días, mientras que las otras se usan por un período que va de tres meses a un año, respectivamente. Todas poseen una caducidad mínima de dos años. Esa es la fecha límite a partir de la cual no es prudente usarlas más.

Si tus lentillas se vencen al finalizar el mes y son diarias, quincenales o mensuales, podrás hacerlo sin problema. Pero si son trimestrales o anuales debes tirarlas. Por más que las limpies, tendrás inconvenientes si las aprovechas más del tiempo señalado.

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