García Albiol: "La multirreincidencia ha llegado al límite, a los extranjeros que se les expulse, los nacionales que vayan a la cárcel"

El alcalde de Badalona, Xavier García Albiol, ha vuelto a estallar contra los delincuentes multireincidentes, después de que la Policía Local haya detenido, este martes, a un ladrón que acumula 65 detenciones. Y esta actuación policial llega después de que la semana pasada se detuvieran a otros dos multireincidentes, uno de ellos con 58 órdenes de detención. 

En un video en la red social X, desde la comisaría de la Policía Local de Badalona, Albiol afirma que los agentes "están hartos y él como alcalde ya no puede más". También ha contestado las acusaciones de tener un discurso racista y xenófobo que le lanzó el ministro Grande Marlaska y le pide medidas urgentes para encarcelar a estos delincuentes que "son un peligro para la sociedad".

En menos de una semana, en Badalona, la Guardia Urbana ha detenido a tres multireincidentes que acumulan hasta 150 antecedentes. La última detención, este miércoles, de un ciudadano español que ha robado en menos de 48 horas en una veintena de vehículos, y que tiene 65 arrestos en su expediente. García Albiol se ha dirigido especialmente al ministro de Interior porque "este delincuente, esta noche volverá a estar en la calle".  

"hacen falta cambios para acabar con la impunidad"

García Albiol denuncia que la sensación de impunidad provoca un sentimiento de impotencia entre la policía. "Ellos hacen bien su trabajo, que es detenerlos". Pero aunque se pusiera un policía en cada esquina, no serviría de nada, dice García Albiol, porque a las pocas horas estarán en la calle y no se frenará la multireincidencia. Por eso reclama cambios legislativos y contundencia. "A los extranjeros, que se les expulse; los nacionales, que vayan a la cárcel". 

Mientras tanto, las peleas en la ciudad de Barcelona han aumentado un 143% desde la pandemia, desde el 2020. Es un dato que ha facilitado el jefe de la Guardia Urbana, Pedro Velázquez, que también ha asegurado que la policía tiene identificados 82 puntos en la ciudad donde hay más riesgo de agresión por arma blanca. 

Datos sobre la multirreincidencia:

Tasas de reincidencia: Las tasas de reincidencia varían según los países, los tipos de delitos y los sistemas penitenciarios. 

En general, en Europa, la reincidencia oscila entre el 30% y el 60%, dependiendo del tipo de delito y de las políticas penitenciarias. Los delitos como robos, hurtos y tráfico de drogas tienden a tener tasas más altas de reincidencia, mientras que los delitos violentos suelen reincidir en menor medida.

Los delincuentes multirreincidentes a menudo presentan ciertos patrones comunes:

Historia criminal temprana: Muchas personas multirreincidentes comienzan su carrera delictiva en la adolescencia, cometiendo delitos menores antes de escalar a crímenes más graves.

Factores socioeconómicos: La pobreza, el desempleo, la falta de educación y el entorno social influencian fuertemente la reincidencia. Las personas que viven en situaciones de vulnerabilidad social tienen más dificultades para romper el ciclo delictivo.

Problemas psicológicos y de adicciones: Las adicciones (alcohol, drogas) y los trastornos mentales no tratados son factores clave que incrementan la posibilidad de reincidencia.

El efecto de las penas: Las penas más duras, como el encarcelamiento prolongado, no siempre son efectivas para reducir la reincidencia. De hecho, el encarcelamiento puede actuar como una "escuela del crimen", donde los delincuentes aprenden nuevas tácticas delictivas o establecen conexiones con otros criminales.

Problemas psicológicos, trastornos de personalidad y conductas antisociales no tratadas pueden llevar a una mayor propensión a la reincidencia. Muchos multirreincidentes presentan falta de control de impulsos y dificultades para gestionar el estrés, lo que los empuja de nuevo a la actividad delictiva.

También la exposición a violencia, pobreza y desintegración familiar en la infancia son factores determinantes. Las personas que crecen en ambientes donde el delito es común tienen menos oportunidades de desarrollarse en un entorno que fomente conductas prosociales.