SOCIEDAD
¿Es legal que los restaurantes te cobre por una reserva a la que no has acudido?: "Es moda"
En algunos casos, hacer una reserva y no asistir al restaurante sin informar, puede conllevar una ‘sanción’ de 50 euros por comensal.
Barcelona - Publicado el - Actualizado
3 min lectura
Crece el número de personas que reservan y deciden no acudir a dicha cita. Este tipo de actos es el que se denomina ‘reservas fantasma’ o ‘no-shows’, donde aquellos que llevan a cabo una reserva, pero nunca aparecen y tampoco avisan al restaurante para informar de que no podrán ir. Este tipo de actuaciones implican la pérdida de beneficios tanto a grandes como a pequeños establecimientos.
Una pérdida económica para los hosteleros
Los pequeños restaurantes se ven afectados debido al corto margen de beneficios que tienen. Es por ello que, ante estas situaciones, muchos restaurantes opten por implementar una sanción a aquellos que tengan este tipo de comportamientos.
Política de cancelación clara y visible
Los restaurantes pueden cobrarte por una reserva no utilizada si han establecido de manera clara una política de cancelación o "no-show" (no presentación). Para que esta práctica sea legal, esta política debe haber sido comunicada al cliente de manera previa, preferentemente al momento de hacer la reserva.
Esto puede ser a través de Sitios web, Confirmaciones por email, Información verbal o escrita al hacer la reserva.
Si el restaurante establece que las reservas deben cancelarse con cierta antelación (por ejemplo, 24 o 48 horas antes de la reserva), tienen derecho a cobrarte si no cumples con este plazo.
Esto está justificado porque al no presentarte, el restaurante puede perder ingresos al no poder llenar esa mesa.
proporcionalidad en los cargos
La cantidad que se cobra por no presentarse debe ser razonable y estar justificada. Un cobro exagerado o desproporcionado puede ser impugnable según las leyes de protección al consumidor, ya que no debe suponer una penalización excesiva, sino reflejar una compensación por los daños sufridos por el restaurante (por ejemplo, pérdida de ingresos o desperdicio de comida preparada).
El consumidor tiene derecho a ser informado de cualquier cargo adicional en el momento de hacer la reserva.
Si el restaurante no informa de esta política de manera clara y visible, el cliente podría impugnar el cobro argumentando que no fue adecuadamente informado.
una legalidad variable
La legalidad de esta práctica puede variar según el país o la región. En la Unión Europea, por ejemplo, las leyes de protección al consumidor exigen que cualquier política de cancelación sea claramente comunicada al cliente antes de la transacción.
En Estados Unidos, las leyes estatales pueden diferir, pero en general, mientras la política sea clara y razonable, los restaurantes pueden proceder con el cobro.
En algunos casos, la imposibilidad de acudir a una reserva debido a causas de fuerza mayor (como emergencias médicas, accidentes, etc.) podría ser un motivo para que el cliente solicite la exención del cargo, dependiendo de la política del restaurante y la normativa local.
Nuevos programas para la gestión de las reservas
La implementación de medidas de este tipo está cada vez más extendida en el mundo de la restauración. En algunos casos, existen plataformas de reservas donde se registran las citas de los comensales a lo largo de un año. Si el comensal no asiste a más de cuatro citas, es dado de baja de dicha aplicación.
En otros casos, los locales cuentan con aplicaciones de seguimiento de reservas, que ofrecen servicios como la automatización de las reservas, establece bases de datos de los clientes, así como listas de espera, que permite a los clientes anotarse en espera en caso de que alguien rechace una reserva.
En otros casos, integran también el sistema de TPV, por lo que el cobro se hace automáticamente si no se asiste. Aunque se trata de medidas muy polémicas, con gran cantidad de partidarios y detractores de estas a partes iguales, la verdad es que han llegado para quedarse.
Por ello, la recomendación es cancelar la cita con suficiente antelación en caso de que no se pueda asistir para evitar contratiempos a los trabajadores.