Los bomberos apicultores que salvan de las picaduras de abejas en Madrid: "Provocan 18 o 20 muertes al año"
Con su 'abejoneta', recorren Madrid para retirar las colmenas de las casas y los edificios. Realizan 400 intervenciones al año.
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Imagínate la situación: estás comiendo en tu terraza y de repente detrás del toldo escuchas un zumbido. Te fijas y es un ir y venir de abejas, que se han instalado justo ahí, en ese hueco que hay entre el toldo y la pared. Su picadura puede ser peligrosa si eres alérgico, y sobretodo si se las molesta y deciden atacarte todas a la vez. Por eso, y porque son una especie protegida, no hay que intentar quitarlo por nuestros propios medios. Hay que llamar a los especialistas.
Y no, no son los cazafantasmas aunque por su aspecto los podamos confundir. Son los bomberos especializados en la retirada de colmenas, ataviados con trajes aislantes para evitar las picaduras.
Este proceso de retirada que tiene su complejidad. Una vez que recogen las colmenas, las traen a la Casa de Campo. Para encontrar el lugar en el que están las abejas, tienes que dejar atrás el lago y los restaurantes, en un espacio protegido dentro del parque. Ahí está el apiario, las abejas se colocan aquí. Es una especie de jaula gigante, como las del zoo. Carlos Marín de la Bárcena es oficial del Cuerpo de Bomberos y aclara que es "un hotel provisional" para las abejas. Y añade que es una ventaja que esté a unos seis kilómetros de Madrid, donde se puede depositar la colmena y "luego una fundación" vaya y la retire.
Un animal muy peligroso
Hay unos señores con traje blanco con una tela en la cabeza. Seguro que tienes en la cabeza el clásico uniforme de apicultor. Lo llevan los profesionales que manipulan las colmenas. En total este equipo lo forman 20 bomberos. Algunos de ellos llevan aquí desde que se creó el grupo, hace 20 años. Nació para proteger a la gente de un animal, tan "peligroso como el toro de Lidia". De hecho, Carlos cuenta que hay "18 o 20 muertos al año por picaduras de este tipo de insectos". Aclara que el shock anafilático que da por una reacción alérgica a las abejas "puede pasarle a cualquiera" y el mayor problema es que "la gran mayoría de la población no sabe que es alérgico a las abejas". Y puntualiza que es "una urgencia vital".
Los bomberos se encargan de rescatar los panales que se forman en las casas. Los transportan con mucho cuidado en una furgoneta que llaman la abejoneta. La tienen porque tienen que desplazarse para las más de "400 intervenciones". En el interior de esas furgonetas tienen "un mixto entre equipamiento de bombero y equipamiento de apicultor".
Pero claro, las abejas están en el apiario de paso, no se quedan para siempre, después vienen a por ellas. La fundación Amigos de las Abejas se las llevan y las devuelven a la naturaleza. Esta fundación se dedica a "llevar colmenas" a las zonas "que han sido afectadas por incendios forestales". Y es que, cuando hay abejas en estas zonas, está demostrado, explica Carlos, "la masa forestal crece". Las abejas son los animales que más ayudan a la polinización y son claves para la reforestación de los bosques.