El primer paseo de Juana: celebra sus bodas de oro tras siete meses sin salir del hospital
Juana tiene 70 años y llevaba ingresada desde el 4 de enero, tras siete operaciones y estar al borde de la muerte, ahora vuelve a pasear con su marido
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La historia de Juana comienza hace siete meses, cuando todavía no había cumplido sus 70 años y apenas habían pasado tres días desde Año Nuevo. Fue entonces cuando la vida de Juana cambió para siempre y con ella la de toda su familia. Raquel es hija de Juana y explica que el día 4 de enero, Juana "sufrió un infarto cardiaco bastante duro". Les preocupaba que "se muriera esa noche" ya que "no tenían la seguridad de que fuera a salir adelante". En total ha tenido siete intervenciones y ha sufrido un ictus y una hemorragia cerebral.
Desde entonces, Juana permanece ingresada en el Hospital Gregorio Marañón… Lleva siete meses. Siete meses desde que entró por la puerta del hospital con un gravísimo infarto que casi acaba con su vida. Ha tenido que pasar un camino repleto de obstáculos, como un ictus, hemorragias, infecciones. Permanece desde entonces en la Unidad de Cuidados Críticos postquirúrgicos, pero Juana ha empezado a mejorar. Tanto que hace unos días se plantearon que saliera al patio. Esperanza, una de sus enfermeras, aclara que "hace dos semanas" empezó a decirles que "quería salir a la calle, que iba mucho a la peluquería, que estaba cansada de estar aquí". Por eso, pensaron entre las enfermeras en sacarla a la calle. "Al principio dijo que no le mintiéramos", brome; pero luego "se le dibujó una sonrisa de oreja a oreja".
En ese viaje le acompañaba su marido, Luis. Llamó emocionado a su familia para decirles que iba volver a pasear con su mujer siete meses después. Hoy cumplen 50 años de casados y pueden volver a caminar juntos. Luis dice que ve a su mujer "fenomenal", con sus "alto y bajos" pero "como todos los matrimonios". Lo que sí quieren es irse lo antes posible a casa.
Una tarea compleja
Eso sí, Bárbara, una de sus enfermeras, explica que son conscientes de "lo que hay debajo de la sábana" y que la situación sigue siendo muy delicada. Tanto que para sacarla han tenido que preparar un dispositivo móvil con todas las máquinas que mantienen con vida a Juana. Debajo de las sábanas hay infinidad de cables que apuntalan su frágil salud. Así fue como Juana, volvió a salir a la calle. Su hija también acompañó a sus padres y mientras paseaba decía que "es una alegría muy grande que puedan sacarla y que le pueda dar el aire". Y recalca que "lleva mucho tiempo mal". Raquel está deseando que puedan regresar... y Juana lo subraya: "Eso es lo que queremos, irnos a casa".
Volvió a ver los árboles y a escuchar los pájaros. Y ahora Juana se deshace en elogios hacia sus enfermeras y el hospital. Para ella, el Gregorio Marañón es el mejor hospital: "Hombre, después de lo que me ha pasado". Juana es consciente de que ha estado muy cerca de morir, pero que gracias a ellos ha podido volver a pasear, y ahora, a celebrar sus bodas de oro.