Una joya arquitectónica desconocida de Madrid, en peligro de desaparecer: "Es irrepetible"
Un local de la calle Jorge Juan de 1987 que nunca se llegó a abrir esconde una gran obra de la arquitectura madrileña que podría ser reformada drásticamente
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Madrid está lleno de edificios emblemáticos. Y no solo los que conocemos todos porque albergan museos, instituciones públicas y privadas o bancos, por ejemplo. Hay muchos inmuebles que pasan desapercibidos a los ojos de los transeúntes, pero que tienen una gran historia detrás y sobre todo un diseño que los hace únicos gracias, entre otras cosas, a los elementos arquitectónicos que tiene. Uno de ellos está ubicado en la calle Jorge Juan, en el número 55. Se concibió para ser una zapatería, pero el retraso en su construcción y el elevado coste de la obra hizo que a la persona que lo mandó construir, el empresario del calzado Manuel Losada, se le pasaran las ganas.
La construcción del local, encargada al arquitecto madrileño Francisco Alonso, terminó en 1987, pero no fue hasta el año 2017 que se logró una apertura parcial del espacio, que se dedicó a exposiciones gracias a un acuerdo conseguido por la Escuela de Arquitectura de Toledo. Ahora el local es propiedad de una inmobiliaria de lujo que quiere poner una de sus tiendas en este inmueble. El Colegio de Arquitectos de Madrid ha pedido que se proteja porque cualquier reforma que se haga en el local puede provocar daños irreversibles
Solo ver la fachada es impactante. La puerta está hecha con tres piezas de piedras exóticas distintas (mármol negro de Calatorao, travertino rojo de Almería y Ónix verde de Irán) que se cierran hacia dentro, haciendo como una especie de marco en relieve. El interior es igualmente sorprendente, en el que llama la atención principalmente la madera de Iroko, un exótico árbol africano. Es notable ver como a ciertas horas del día la puerta está abierta y se puede ver cierto trasiego de trabajadores en el local, que, por lo que han contado a COPE, se están encargando solo de la limpieza, algo que corroboran los vecinos de la zona, que aseguran que no han escuchado ningún ruido de obras.
"Una joya brutalista"
Los arquitectos están poniendo tanto énfasis en proteger el local porque, según dicen, se trata de una auténtica joya de la arquitectura brutalista. El arquitecto y vocal de patrimonio de la junta del Colegio de Abogados de Madrid, Ramón Andrada, valora el conjunto del local como "irrepetible", entre otras cosas porque "hay materiales que a día de hoy ya no se pueden conseguir", y subraya que su hechura prácticamente "roza la artesanía del más alto grado".
Dentro de ese conjunto entra también el mobiliario, que según Andrada forma parte indisoluble de la arquitectura del local, y considera que es lo que más peligra quizá por el desconocimiento de los dueños. También nos explicaba que desde 2021 lleva abierto un expediente para proteger el edificio como bien de interés cultural y que es un proceso lento: "Se puso en marcha cuando salió el local al mercado, y si no se ha hecho antes es porque había estado oculto todos estos años". El arquitecto cuenta que "el ayuntamiento ya ha dado el paso y la comisión de patrimonio lo aprobó, ahora está en trámite".