Una joven recuerda lo que quería en su vida con 18 y siete años después se resigna: "En mitad de Móstoles"
Las crisis existenciales son habituales a los 30, pero, como denuncia Laura en su vídeo viral de TikTok, le ha llegado a los 25 mientras está haciendo unas prácticas en el trabajo
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En un vídeo viral de TikTok, Laura, una joven de 25 años, comparte su lucha interna y reflexiones sobre lo que significaba su vida a los 18 años, contrastando con la realidad que vive ahora, "en mitad de Móstoles". Su testimonio ha resonado con muchos, particularmente en una época donde las crisis existenciales parecen ser más comunes y se presentan a edades cada vez más tempranas.
Laura comienza su relato recordando las esperanzas y sueños que tenía a los 18 años. En esa época, como muchas personas jóvenes, imaginaba un futuro lleno de posibilidades: un trabajo soñado, un hogar propio y quizás una familia. Sin embargo, al mirar hacia atrás, reconoce que la vida no ha seguido ese guion idealizado.
Ahora, a los 25, se encuentra en una etapa de su vida que no se parece en nada a lo que había planeado. La mención de "mitad de Móstoles" evoca una sensación de resignación, un lugar que, aunque es querido, simboliza para ella un estancamiento en sus aspiraciones.
Las crisis de identidad y propósito son fenómenos comunes al llegar a los 30 años, pero Laura destaca que ella ha comenzado a experimentar esta sensación de desilusión mucho antes. Mientras está haciendo unas prácticas laborales, se da cuenta de que, a pesar de haber trabajado antes, las circunstancias actuales complican su vida.
Siete años después
La joven menciona la dificultad que enfrenta debido a sus horarios, una realidad que limita su capacidad para avanzar en otras áreas de su vida, como formar una familia o incluso disfrutar de una vida social activa. En su discurso, Laura toca un tema relevante y preocupante: la baja natalidad en España.
Con un tono crítico, se pregunta en voz alta por qué la natalidad está en declive. "Luego, ¿por qué baja la natalidad?", enfatiza, como si tratara de desentrañar la conexión entre sus propias luchas y un fenómeno social más amplio. La realidad es que muchas jóvenes de su generación se enfrentan a presiones económicas, inestabilidad laboral y expectativas que parecen inalcanzables.
El dilema de equilibrar trabajo y vida personal se convierte en un obstáculo significativo para aquellos que consideran la idea de tener hijos. Laura representa a una generación que ha crecido con la promesa de un futuro brillante, solo para verse atrapada en un sistema que a menudo no proporciona las oportunidades que se les prometieron.
Las redes sociales han amplificado la sensación de comparación, donde las vidas de los demás parecen perfectas, exacerbando aún más la ansiedad y la insatisfacción. La presión por tener éxito a una edad temprana, en un mundo que cambia rápidamente, ha dejado a muchos sintiéndose inadecuados y desorientados.
Una joven se resigna
El testimonio de Laura se vuelve un grito de ayuda y un llamado a la reflexión. Al abrirse sobre su crisis personal, no solo comparte su historia, sino que también da voz a una multitud de jóvenes que se sienten igualmente perdidos. Su vulnerabilidad invita a otros a reconocer que no están solos en sus luchas y que es normal cuestionarse el camino que se ha tomado.
El impacto del vídeo de Laura es claro: ha resonado con miles de personas que han compartido sus experiencias similares en los comentarios. La viralidad del contenido sugiere que hay un deseo colectivo de hablar sobre las realidades difíciles de ser joven hoy en día. Los comentarios de apoyo y empatía son un testimonio del poder de la comunidad digital, donde los jóvenes pueden encontrar consuelo en la solidaridad.