Lo que hace un vecino de Madrid cuando se encuentra una foto de DNI por la calle: "Esa colección no la acabas"
Todo el mundo está alborotado por la costumbre que tiene con estas fotografías, que todo el mundo las olvida cuando renueva su documento o se la da a alguien para su cartera
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Comprar sobres con cromos, pegarlos en su álbum y cambiar los repes en el patio del colegio constituía un protocolo casi obligado para cualquier niño de los años setenta u ochenta. Pero hay colecciones que son de lo más raras, como le sucede a este joven que ha enseñado lo que hace cada vez que ve una fotografía de DNI en Madrid.
Según la Real Academia Española, una colección es "un conjunto ordenado de cosas, por lo general, de una misma clase y reunidas por su especial interés o valor". Pero, ¿qué es aquello que determina lo que puede llegar a ser de "interés" o "valor" para un individuo?
En la actualidad, cuando los bienes tangibles han quedado en parte relegados por los digitales, el coleccionismo se ha transformado. Los fabricantes multiplican sus ediciones, lo que ha dado renovado vigor al negocio. En Madrid, son muchos los que van al Rastro a cambiar cromos y otros tipos de colecciones variopintas.
La fascinación a la hora de coleccionar puede pasar por lugares insospechados. Encuentran que este hobby es bastante adictivo, muy relajante, relativamente fácil y hasta cierto punto económico. Como además es una actividad que puedes simultanearla con otra, te sirve para abstraerte y es una manera sencilla de revivir esas sensaciones de la infancia.
Una foto de DNI
Calificar como infantil el hecho de coger una foto de DNI por la calle es todo un atrevimiento. Nuestro cerebro necesita marcarnos unos objetivos a conseguir, muy similares a los propósitos que hacemos para Año Nuevo, los retos que nos marcamos para correr una maratón o el prepararnos concienzudamente para escalar hasta la cima de una montaña.
En todos esos casos, la recompensa que recibimos al conseguirlo nos resulta altamente placentera. Esto se debe a la condición del ser humano como buscador que hemos heredado de nuestros ancestros. De ahí que sea tan satisfactorio cuando un coleccionista encuentra ese objeto único y que llevaba tanto tiempo buscando.
Sin embargo, la agradable sensación de ir consiguiendo nuevos elementos para nuestra colección con el tiempo tiende a desaparecer, debido a que se convierte en algo rutinario. De ahí que aparezca esa imperiosa necesidad por conseguir algo cada vez más exclusivo y único.
En cualquier caso, estas fotos de DNI se reducen al carné de identidad. En 1876, el fotógrafo escocés William Notman introdujo la foto en el sistema de identificación en la Exposición Universal de Filadelfia. A partir de ahí nació la idea de identificar a sus ciudadanos con documentos. El primero en España llegó en 1951, expedido en Valencia.
"Esa colección no la acabas"
Antes de la Guerra Civil, algunos Ayuntamientos empezaron a emitir las llamadas "Cédulas personales". Podían llevar o no foto y en cada lugar incluía datos diferentes. Los que la llevaban, tenían claras similitudes con las fotos de DNI que se hacen actualmente y con las que este joven de Madrid se divierte cuando se encuentra una por la calle.
Desde que somos pequeños estamos rodeados de innumerables cosas que pueden convertirse en un objetivo ideal para coleccionar. No sabemos por qué lo hacemos, pero tenemos una necesidad innata de ir consiguiéndolo. Eso le sucede a este vecino de Madrid que no duda a la hora de compartir con el resto del mundo su rara colección de fotos de DNI.