EDUCACIÓN
FOMO: qué es y cómo afecta a los más jóvenes por culpa de los móviles
Los móviles quedan prohibidos en los colegios de la Comunidad Valencia y hablamos con un experto psicólogo de los problemas que acarrea el uso de este en los jóvenes
Valencia - Publicado el - Actualizado
4 min lectura
La Comunidad Valenciana ha prohibido el uso del móvil en los colegios valencianos, no solo en las aulas, sino en todo el centro escolar. Una medida muy bien recibida por padres y docentes. Los últimos estudios destacan que los jóvenes sufren de ansiedad, estrés e incluso insomnio a causa del uso del móvil, tanto es así que ya se han creado áreas específicas de tratamientos de adicción al móvil en asociaciones como Proyecto Hombre.
Uno de esos mal llamados trastornos es el síndrome FOMO, siglas en inglés de la expresión fear of missing out, o lo que es lo mismo, el miedo a perderse algo.
El psicólogo Nacho Coller explica en COPE Valencia que ahora “los jóvenes están hiperconectados y las posibilidades de los estímulos que reciben y las posibilidades de hacer cientos o miles o millones de cosas no tienen nada que ver con lo que nos pasaba a otras generaciones”, es cierto que antes “te quedabas en casa y veías como tus amigos se iban a algún sitio y ostras pensabas yo no me lo quiero perder, pero ahora esta sensación se multiplica por diez”.
FOMO y sus consecuencias en los jóvenes
Esta necesidad “compulsiva de estar conectados” puede llevar a los más jóvenes a que descuiden, por ejemplo, los hábitos del sueño, “quiero estar hasta última hora pendiente de lo que pasa en el mundo y lo que pasa en mi entorno para no perdérmelo y estar a la última”, relata Coller, quien además confirma que estas alteraciones en los jóvenes pueden llevar a “episodios de ansiedad, inquietud e incluso a cambios comportamentales”.
Las redes sociales son uno de los principales focos que llevan a sentir el llamado FOMO, ya que el joven recibe miles de estímulos rápidos, cortos y de forma permanente, tanto es así que “dentro de los de los parámetros de la psicología, esto es un clásico, estos estímulos intermitentes hacen que la persona quede enganchada y quede con esa necesidad de seguir vinculada a algo que no te está aportando nada, ningún valor genérico de aprendizaje o de mejora personal, pero, sí que está creando unos estímulos que crean placer, entre comillas, a nivel cerebral, y generan enganche, adicción”, resumen el psicólogo en Mediodía COPE en Valencia.
El FOMO genera otra sensación psicológica, que es otro clásico que ha ocurrido en otras generaciones, pero que ahora es mucho más palpable y preocupante; “esa necesidad de matar horas o rellenar horas sin hacer nada”.
Menos imaginación y desarrollo personal
El estar sumergido dentro de la pantalla continuamente, ‘tragando’ contenido banal, lleva a los jóvenes a perder habilidades que hasta ahora eran mayormente innatas: la imaginación, la fantasía y la conversación con el que tienes al lado. ¿Cuántas veces vemos ahora a grupos de jóvenes, juntos, pero sin hablar y sin interactuar?
Consecuencias de prohibir los móviles en las aulas
Según Coller cree que, por un lado, el uso del móvil en el aula conllevaba la muestra de posibles desigualdades entre alumnos “hay chicos y chicas que a lo mejor no tienen un móvil y otros que sí y entonces ya estamos generando algunas diferencias”, pero, por otro lado, “está bien que no tengan el móvil porque solo los distrae, pero también la escuela tiene que tener un papel educativo de enseñarles a los chicos y a las chicas hacer un buen uso del mismo”. El psicólogo propone que los maestros también reciban información porque “muchas veces tampoco la tienen y, a veces, esta prohibición, deja solos a los padres educando a los hijos en este tema”.
El móvil y la supervisión de los adultos
Los adultos “nos lo tendríamos que hacer ver porque muchos padres miran hacia otro lado porque están también pendientes ellos del móvil y hemos caído en una dinámica de abandono de esta educación en las tecnologías”.
Es por este motivo por el que el seguimiento del uso del móvil debe hacerse también fuera de las aulas “si no los jóvenes saldrán y seguirán utilizándolos de la misma forma”.
Es cierto que para concluir alerta que no hay que criminalizar el móvil, sino aprender a usarlo, puesto que “es una herramienta más, es una herramienta fantástica educativamente hablando para conectarnos con el mundo y que es una manera de aprender y de conocer cosas, ojalá nosotros hubiésemos tenido la posibilidad de saber un dato concreto en ‘cero-coma’, pero luego está la otra parte, que mucha de la información que les llega es morralla, no vale para nada y además seguramente con fakes o bulos”.