INCENDIO DE CAMPANAR
Miguel, vecino de Campanar, se emociona al contar cómo perdía su casa en el incendio: "Todos los días"
Tras tres meses del incendio del barrio valenciano de Campanar, vecinos como Miguel u Óscar, continúan intentando asimilar la tragedia y continuar con sus vidas
Valencia - Publicado el - Actualizado
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Hoy 22 de mayo se cumplen 3 meses de la tragedia del incendio de Campanar. Un acontecimiento sobrecogedor que todo el mundo pudo seguir en directo para asombrarse en tiempo real, viendo cómo un fuego devastador devoraba ante nuestros ojos, y en menos de una hora, un edificio completo formado por 2 torres que albergaban 138 viviendas.
Aquel 22 de febrero estábamos ante un incendio inédito, de unas características que ni los bomberos más experimentados habían conocido antes. Fuego que avanzaba en todas direcciones y de fuera a dentro, avivado por el viento y por materiales combustibles tanto en la fachada como en el interior.
Con el paso del tiempo, la incertidumbre por las posibles víctimas se mezclaba con actitudes heroicas como la de Julián, el conserje que recorrió los rellanos para avisar a todos los vecinos que pudo de que debían abandonar sus casas, y con gestos solidarios para ayudar a los evacuados, mientras las muestras de dolor se multiplicaban entre afectados, vecinos y familiares.
El dramático balance ya lo conoces: 10 fallecidos y más de 400 vecinos sin hogar. Cuando el fuego se pudo controlar y se asimiló la tragedia, comenzó el duro camino para unas familias que debían sacar fuerzas de flaqueza para rehacer sus vidas y sus hogares mientras nos reclamaban a todos los demás que no nos olvidáramos de ellos. Esto es lo que hacemos hoy, tres meses después, con este programa: mantener presente el sufrimiento de todos ellos, presente el dolor por las 10 víctimas mortales, y presente el sueño de reconstruir el edificio para dejar atrás la pesadilla que les permita volver a sus casas.
Miguel, vecino del edificio calcinado en Campanar
Miguel es vecino de Campanar desde hace 36 años, y aquí ha querido seguir. Aunque ahora sea en un piso de alquiler, Campanar es su zona de confort. Esa es para él su mejor terapia: "Hay vecinos que sí que han pedido ayuda psicológica. En mi caso no; de momento no me ha hecho falta. Es verdad que yo lo dije, y lo sigo diciendo, que para mí la mejor terapia era venir, venir todos los días a ver mi casa. Yo todos los días paso a ver mi casa."
No le abandonan los recuerdos de lo que sucedió, y, pese al dolor, no se olvida de los vecinos que no están: "Vives el momento de lo que sucedió, lo que vivimos, la situación en la que nos hemos encontrado... de pasar de tener algo a no tener nada. Eso es lo que vives. Y al mismo tiempo, pues, das gracias de lo afortunados que hemos ido nosotros de poder estar aquí. Porque al final esto no deja de ser una situación anómala... surrealista por decirlo de alguna forma, donde, con el tiempo, las cosas volverán a su normalidad, nuestro objetivo es reconstruir. Pero... ¿Y las familias, y las personas que no están? Eso yo lo tengo muy presente todos los días de mi vida desde que sucedió y realmente somos afortunados, dentro de la tragedia somos afortunados"
AQUÍ puedes ver la entrevista completa a Miguel
Sabe que pasará mucho tiempo, pero se ilusiona con las primeras impresiones de los expertos de la empresa de ingeniería y estructuras después de las catas y pruebas realizadas. Tanto él como el resto de vecinos tienen claro su objetivo y su ilusión, que pasa por ver su edificio reconstruido: "Nuestra lucha es estar ahí, continuar, reconstruir este edificio que para la zona era emblemático por la construcción, por donde estaba y demás... Ese es nuestro deseo, y el objetivo de nuestra asociación. Y como nos decimos, pues bueno, el día que sea, hacer una fiesta y tenerlo aquí y seguir nuestra normalidad, que lo que queremos es la normalidad".
Óscar, propietario del edificio calcinado en Campanar
Óscar, uno de los propietarios que vieron como su vida se truncaba en tan solo unos minutos, narra en los micrófonos de COPE cómo, “para nada está cerrado el capítulo de lo emocional, pero poco a poco somos más conscientes de lo que nos ha pasado. Intentamos estar un poco más calmados. Eso sí, asustados por lo que nos viene”.
“Se nos acerca a una situación más incómoda, que es la que intentamos reflejar o comunicar, pagar unos alquileres y, a la vez, las hipotecas. Esto va a ser más complicado, vemos que es muy crudo lo que viene”, reflexiona el vecino.
Después del incendio de Campanar, Óscar llegó a Safranar
El Ayuntamiento de Valencia, conmocionado también por el suceso, puso a disposición de las personas afectadas un edificio de viviendas de nueva construcción ubicado en la calle de Cristina Piris López-Dóriga, en el barrio de Safranar.
Este edificio es propiedad municipal y cuenta con 131 viviendas y 84 plazas de garaje. Los vecinos, después de estar varios días en el hotel que se había habilitado de emergencia, fueron llegando a Safranar. “Era cambiarte del hotel a una nueva casa, recuerdo el taxista, muy amable, que cuando sabía quién eras no quería cobrar aquel traslado, lo recuerdo de forma muy emotiva”, rememora Óscar.
“Estábamos sentados en salas donde nos recibían con un abrazo, supercariñosos. Uno a uno nos íbamos encontrando. Ese abrazo nos apetecía, era encontrarnos en una comunidad de nuevo, no era la nuestra, pero era bonito”.
Después de estar unas semanas en el edificio municipal, óscar, decidió buscar un lugar para vivir hasta que se sepa cuál será el futuro definitivo del edificio. “Sin una situación laboral que me ayude a encontrar un alquiler, he tenido que desembolsar 1.200 euros por dos meses de fianza y medio año de anticipo".
“Me he desplazado del barrio, no he sido capaz de quedarme. Quiero volver, pero no ha sido capaz”.