Uso del glifosato en el campo: "Somos todos muy ecologistas, pero también queremos comer barato"

Un nombre, un herbicida: el glifosato, fundamental para eliminar las malas hierbas en nuestro campo, pero que es motivo de discordia en la Unión Europea, entre partidarios y detractores.

La decisión sobre las licencias del glifosato se ha retrasado a noviembre después de que se constatase una falta de acuerdo entre los Veintisiete en la votación que tuvo lugar el pasado 13 de octubre en un Comité Permanente en el que estaban representados tanto los Estados miembro como la propia Comisión Europea.

Desde algunos partidos políticos, sobre todo del espectro de la izquierda, y organizaciones ecologistas piden que no se conceda esa prórroga porque el glifosato es “posiblemente cancerígeno”.

Del otro lado, están los partidarios, los que consideran que es una herramienta para abaratar los costes de la eliminación de las malas hierbas, lo que supone que no se encarezcan los productos del campo. Además, hay una normativa sobre límites máximos de residuos. Antonio Ortiz, propietario de Fitoal, empresa que vende productos fitosanitarios, avisa de lo que puede suponer para la humanidad prescindir de este tipo de herbicidas.

En COPE hemos hablado con Antonio Ortiz y con Ángel García Calle, miembro de Ecologistas en Acción. Los dos, evidentemente, no coinciden.

Habrá que ver qué decisión toma la Unión Europea, porque el campo extremeño está en vilo. Volver al desbroce mecánico supondría un alto coste para los agricultores.