¿Has podido sentir el pequeño movimiento sísmico que hemos tenido en Extremadura?

Extremadura ha registrado en las últimas horas un leve movimiento sísmico, con una magnitud de 1,5 en la escala de Richter, un fenómeno prácticamente imperceptible para la población en general y sin ninguna consecuencia significativa. Según datos del Instituto Geográfico Nacional (IGN), el temblor tuvo epicentro en el término municipal de Reguengos de Monsaraz, en Portugal, a unos 10 kilómetros de la localidad pacense de Cheles y cerca también de Olivenza.

El sismo, localizado a 20 kilómetros de profundidad, se caracteriza por ser de muy baja intensidad, lo que hace prácticamente imposible que los vecinos de las localidades próximas lo hayan notado. Este tipo de movimientos son comunes en la región debido a la actividad tectónica moderada que caracteriza a esta zona fronteriza, aunque rara vez alcanzan magnitudes relevantes o provocan daños.

No es la primera vez que se registra un sismo en esta área. De hecho, recientemente, el pasado mes de diciembre, el día 21, la Red Sísmica Nacional localizó otro movimiento de pequeña magnitud con epicentro en Alconchel.

Estos episodios evidencian que la región de la frontera entre Extremadura y Portugal experimenta una actividad sísmica moderada y predecible, pero siempre dentro de niveles que no representan ningún tipo de riesgo para la población o las infraestructuras.

Con una magnitud de 1,5 y una profundidad de 20 kilómetros, el temblor del jueves se encuentra en el rango de los considerados microseísmos, que suelen ser detectados únicamente por instrumentos especializados, como los de la Red Sísmica Nacional. En comparación, los terremotos que son percibidos por la población generalmente superan una magnitud de 3.0.

Pero hay personas con una sensibilidad excepcional que aseguran sentir estos leves movimientos a kilómetros de distancia. Son los denominados "sensibles sísmicos", individuos con una mayor percepción de las vibraciones y cambios en su entorno, que a menudo experimentan fenómenos que pasan desapercibidos para el resto de la población.

Estas personas no necesariamente tienen una habilidad sobrenatural, sino que están dotadas de una mayor sensibilidad a los estímulos físicos o a cambios en su entorno. Pueden notar ligeras vibraciones en el suelo, ruidos graves o incluso alteraciones en su propio cuerpo, como un leve mareo o una presión en los oídos, asociados a movimientos sísmicos leves.

En muchos casos, los "sensibles" viven en zonas donde los terremotos, aunque pequeños, son más frecuentes, lo que podría haber afinado su capacidad para detectarlos. Otros simplemente tienen sistemas nerviosos más receptivos a ciertos estímulos, algo que también se observa en personas que son más sensibles a ruidos o cambios de presión atmosférica.

¿Sentiste algo anoche, jueves, 9 de diciembre en torno a las 23 horas? A lo mejor eres un "sensible sísmico".