¿Cómo debemos compartir un décimo de la Lotería de Navidad sin conflictos ni disgustos?

Es una práctica habitual, sobre todo, con un sorteo tan tradicional como el de la Lotería de Navidad: comprar un décimo y lo compartes con tu grupo de amigos. Si no toca perfecto, la vida sigue igual pero, ay, si toca. Con dinero de por medio pueden aparecer problemas a la hora del reparto del dinero o de determinar quiénes son los dueños de ese boleto.

¿Cómo compartimos entonces adecuadamente un décimo con amigos, familia o compañeros? Noelia Montero, abogada del bufete coruñés Pintos&Salgado, especializados en derecho digital, asegura que "lo primero que debemos tener en cuenta es que la manera de compartir un décimo va a marcar su legitimidad". Y es que, jurídicamente, los boletos de Lotería se consideran un documento al portador, por lo tanto, el que tiene el documento en papel es el dueño y el que lo cobrará. Esta situación sólo cambia si se cuentan con otros documentos que demuestren que "ha sido regalado o compartido entre varias personas".

Para que no haya problemas, sobre todo si toca, "lo ideal es que la persona responsable de comprar y resguardar el boleto también lo fotocopie y entregue a cada participante una copia firmada con su DNI y nombre". Además, debe incluir la información necesaria de cada participación como la cantidad que se comparte.

Haciéndolo así no cabría ningún tipo de dudas pero, en un mundo global, a veces, compartimos el décimo con una foto por whatsapp. "Es cierto que enviar una foto por Whatsapp plantea muchos más obstáculos a la hora de acreditarse como coparticipación, porque alguna de las partes puede considerar que se ha manipulado la aplicación. Si se opta por esta vía, recomendamos que sea solo para relaciones de confianza donde los datos son conocidos y localizables", ha subrayado. Y lo mismo que en papel tienen que aparecer los datos del depositario y los participantes, junto con la contribución de cada uno.

La gran clave, destaca Montero, radica en la facilidad de certificar la autenticidad de esa coparticipación. "Las nuevas tecnologías nos facilitan mucho la vida, pero su parte negativa es que habitualmente carecen de procedimientos que facilitan la seguridad y la autenticidad", concluye esta abogada especialista en derecho digital.