La frase en el Banco de Alimentos de A Coruña que explica por qué los voluntarios no cobran: “No tiene…”
La actividad en una de las naves de la entidad benéfica es frenética antes de Nochebuena, tal y como ha constatado el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda
Coruña - Publicado el - Actualizado
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A unas horas de la Nochebuena, la actividad en el almacén del Banco de Alimentos Rías Altas, en A Coruña, es frenética. No es común ver esta gran nave, situada en en Meicende, tan llena.
Son momentos de procesar todo lo que se ha donado con la Gran Recogida, que es mucho. Por todas partes hay cajas con la procedencia de las donaciones: Ceip Ría de O Burgo, Liceo, Carrefour...
Todavía la mañana de este lunes llegan aportaciones solidarias como la que acaban de recoger Salorio, César y Roi y descargan en una furgoneta. “Acabamos de hacer una recogida en la Universidad Laboral y en y en el Conservatorio de Música”, contaba el chófer. Es el resultado de una semana de conciertos solidarios que no pudieron recoger hasta este lunes.
Primera selección de donaciones
Esta nave del lugar de San José es la que hace la primera selección de las donaciones. Dentro, los voluntarios hacen inventario. Separan los productos por tipos de alimentos y luego los colocan en grandes cajas rotuladas en las estanterías.
Cada una de las cajas se carga después en una furgoneta y va a una segunda nave, en el polígono de Agrela. Es ahí donde las decenas de entidades beneficiarias acuden para recoger los alimentos, ya repartidos, clasificados y adaptados a las necesidades de cada asociación.
Ayudar, mejor que ir al gimnasio
Todo esto es posible gracias a personas como Rogelio. Lleva ocho años colaborando como voluntario en el Banco de Alimentos, tres en esta nave del lugar de San José.
Más tiempo lleva José Manuel. A su lado, anima a la gente a echar una mano en lo que pueda. Él maneja desde hace once años la carretilla elevadora como el mejor de los conductores. “Es más trabajoso lo de andar clasificando que lo del peso en sí. Normalmente, procuramos no pillar pesos porque, a ver, la mayoría de aquí somos todos jubilados”, ríe.
Y los dos coinciden en que su labor beneficia a la gente pero, sobre todo, a ellos mismos. Rogelio habla de “simplemente un espíritu de cooperar con la sociedad y aportar, devolver un poquito lo que a nosotros nos dan”. “¡Y nos ahorramos el gimnasio, que eso muy importante!”, completa Rogelio, divertido.
Visita del presidente de la Xunta
La tragedia de la DANA ha ayudado a que la Gran Recogida de este año haya sido de gran respuesta. De hecho, vemos en una parte de las estanterías varias cajas con destino a Valencia.
Toda esta frenética actividad la ha conocido de primera mano el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que ha visitado esta nave. El titular del gobierno gallego ha destacado que, sin esta entidad, mucha gente no tendría qué echarse a la boca ya no solo en Nochebuena, sino cualquier día del año.
“Esto es necesario no solo en días como en los que estamos, sino el resto del año”, ha recalcado Rueda, que ha recordado que, gracias a esta logística, se consigue “que otras muchas asociaciones que están diariamente con personas que necesitan este tipo de ayuda tengan un plato en la mesa”.
La frase que define la labor del Banco de Alimentos
El Banco de Alimentos tiene en Galicia 2300 personas voluntarias, que trabajan hasta en días en los que muchos estamos descansando. Una labor que no tiene mejor definición que un cartel que está a la entrada de la nave: “Los voluntarios no cobran, pero no porque lo que hacen no tenga valor, sino porque lo que hacen... No tiene precio”.
El trabajo voluntario se completa con la aportación de la ciudadanía de a pie, y buena muestra de ello son todas las donaciones que este lunes llenan de color la nave. Un trabajo que es necesario de forma constante. “De todo lo que ves, en febrero no va a quedar nada”, aseguraba una de las voluntarias de esta entidad que, si no existiese, habría que inventarla.