Un jubilado de 70 años va a una marisquería en A Coruña y, tras pedir la cuenta, el dueño se ve obligado a tomar medidas

El septuagenario pidió dos raciones de empanada, un chuletón poco hecho, una caña y el postre

Noela Bao

Coruña - Publicado el

4 min lectura

      
      
             
      

¿Qué hacer si alguien se presenta en un local y se marcha sin pagar? Eso se lo han preguntado muchas personas en A Coruña, que sufren desde hace décadas a un hombre especializado en simpas. Supera los 70 años, está jubilado y lleva unos 40 años desayunando, comiendo y cenando a costa de los demás.

Su forma de proceder siempre es la misma: entra en un local de hostelería y pide varias consumiciones. Lo más habitual es que dejar algo anotado tras la cuenta e irse. Su nombre, DNI o una frase. Otras veces, para que el local cobre, insta a los empleados a contactar con su abogado y les da un número que no existe.

"Que te pague el Juez Taín"

Uno de sus últimos golpes fue en marisquería del centro de A Coruña. Pidió dos raciones de empanada, un chuletón -poco hecho-, una caña y el postre. Y, a la hora de pagar, anotó detrás del recibo una frase: “Que te pague el Juez Taín”.

No contaba con que el propietario del local no estaba dispuesto a dejar ahí las cosas. Cuando se marcharon los últimos clientes, cerró la persiana y le reclamó el dinero. El hombre se negó a abonar lo consumido y lo instaba a llamar a la policía.

Tras insistir, y ante la negativa del cliente, lo hizo desnudarse y lo echó a la calle. Así salió, con solo los calcetines puestos, y se dirigió a la Policía Local. Con la mediación del 092, recuperó las llaves de su casa... pero no la ropa. En el trayecto, hubo quien lo vio y grabó, caminando tranquilamente en el medio de la plaza de María Pita, en un vídeo que se ha hecho viral por Whatsapp. 

Captura del vídeo en el que el hombre camina desnudo por María Pita

De sobra conocido 

El caso es que esta anécdota esconde un final inesperado para un delincuente habitual, especializado en simpas, que lleva años, décadas, haciendo lo mismo. El ratero actúa por toda la ciudad y desde la Asociación de Hostelería tienen constancia de que tiene más de un centenar de antecedentes.

      
             
      

Es de sobra conocido en todos los ambientes de la ciudad, especialmente en hostelería”, comenta Héctor Cañete, presidente de la asociación de Empresarios de Hostelería de A Coruña. El hombre es un “profesional” pero alerta de que “no está bien de la cabezay que “va por los locales a comer y cuando termina de comer, no quiere pagar, dice que se le llame a la policía y no abona la cuenta”.

Sonia, una de las víctimas del experto en simpas

Una de las víctimas de este hombre fue Sonia. O eso cree, porque, confiesa a COPE, no es capaz de reconocer en el vídeo viral al hombre que, hace un año, la dejó a ella simbólicamente con el culo al aire. Pero todo coincide.

El hombre fue a la terraza del bar donde trabaja, pidió un par de cervezas y se fue. Un olvido lo hizo volver y ahí se desencadenó todo, porque “se le olvidó la chaqueta”, dice. Ella cogió la prenda y, cuando volvió, el hombre se la demandó. Ella contestó: “Págame las consumiciones y te la devuelvo”.

      
             
      

Agencias

Clientes en la terraza de un bar

Sonia llamó a la policía, que, lejos de mostrar sorpresa, vieron a un viejo conocido. El agente “habló conmigo, pero me dice, ¿Tú sabes quién es?”. De hecho, lo dejaron marchar, aunque animaron a Sonia a denunciar para que la suma de lo impagado tenga, en algún momento, repercusión para el jubilado. 

Ella se pregunta cómo “vas a perder toda una mañana” para “ir a denunciarlo por dos cervezas” al tiempo que se preguntaba: “¿Y qué hago yo ahora? ¿Tengo que pagarle yo al jefe las dos consumiciones que no me pagó?”

Una actitud normal 

No hubo nada que le llamase a la atención a Sonia o fuese indicativo de que el hombre tenía algún problema mental. “No hablaba, estaba fuera, fumando, tomando la cerveza y yo lo vi normal”. Su cara le era algo conocida, posiblemente porque en los grupos de hostelería circula la foto de este hombre para que la gente esté alerta si entra en su local. Ahora ya no se le olvida. “Lo tengo muy fichado”, advierte.

      

Desde la asociación de hostelería inciden en que es un caso aislado y creen que no tiene “mayor recorrido” al ser “una persona con un problema mental”. Lo que recomiendan es “evitar problemas que pueda haber en un momento dado con otros clientes o los propietarios de los establecimientos”.

Problemas que, en el último caso conocido, al menos tuvieron un pequeño escarmiento. Lo malo es que lo que más conozca ahora la gente no sea la cara del delincuente... sino otras partes menos identificables a simple vista.

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