Se duerme en un sofá y hace saltar las alarmas en la Biblioteca Pública de Santiago
El hombre se quedó plácidamente dormido en una de las zonas de lectura de la biblioteca. No contaba con que en verano, el centro sólo abre en horario de mañana.
Santiago - Publicado el - Actualizado
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Vaya por delante que en la Biblioteca Pública Ánxel Casal de Santiago solo falta que te dejen entrar en zapatillas para sentirte como en casa. Pero una cosa es que resulte acogedora y que sea difícil no encontrar allí un motivo para disfrutar leyendo, escuchando música, participando en alguna actividad... y otra es quedarse a echar la siesta.
Le ocurrió, todo parece indicar que involuntariamente, a uno de los usuarios habituales del centro. Se arrellanó en uno de los sofás para leer, un día de estos en los que sobre Santiago caía el sol a plomo, así que el interior de la biblioteca era un auténtico oasis. Y tan bien se encontró que se quedó dormido profunda... y silenciosamente, porque cuando dieron las dos y media de la tarde y el personal echó una visual antes de cerrar, nadie se dio cuenta de su plácida presencia.
SE DESPEREZA Y SALTA LA ALARMA
El director de la "Ánxel Casal", Jesús Torres, contó en COPE que fueron pocos minutos los que duró la "sonequiña" (sueño ligero), porque al poco de que el personal se había marchado, saltó la alarma. Porque al detectar movimiento en el interior, una vez que las puertas han sido cerradas, el dispositivo alerta a la central y también a la policía de que algo anómalo está ocurriendo, y agentes de ambos cuerpos, la empresa de seguridad y los municipales, se personaron en las instalaciones, posiblemente para alivio y susto a la vez del hombre.
Afortunadamente, no hubo que lamentar daños ni materiales ni personales. "Está muy bien que la gente se encuentre aquí a gusto, que pasen aquí el tiempo... y si la lectura los lleva un poco al descanso, tampoco pasa nada", asegura Torres. Es la primera vez que alguien se queda traspuesto más allá del horario de cierre de la Biblioteca, aunque otros despistes sí que han tenido: ha ocurrido en varias ocasiones que peregrinos dejan la mochila en las consignas del centro sin darse cuenta de que el horario de verano es hasta las dos y media y que, tanto por las tardes como durante el fin de semana, las instalaciones están cerradas.
"Así que me llaman de la policía por la tarde para decirme que dejaron el pasaporte, que dejaron los billetes de avión, que tienen que marchar..." y no le queda otra al personal de la biblioteca que volver en su tiempo libre a actuar de "ama de llaves". "¡No será porque no tenemos cartelitos anunciando los horarios por todas partes!", añade Jesús Torres.
EN VERANO, TAMBIÉN "ES UN NO PARAR"
La biblioteca no recuperará el horario continuado hasta las nueve de la noche y los sábados por la mañana hasta el mes de septiembre.
Jesús Torres asegura que el verano sigue siendo un "no parar", tanto en la hemeroteca, donde se puede consultar un amplio catálogo de prensa local y nacional, como en el servicio de préstamo de libros. "Tanto las máquinas de autopréstamo como el mostrador están siempre llenos de gente", asegura el director.
Lo que no hay en período estival son actividades culturales complementarias, porque el espacio que durante el curso se dedica a conferencias, exposiciones, clubes de lectura... ahora está ocupado por el campamento cultural de verano que se desarrolla en la biblioteca dentro del Plan Corresponsables. Está repartido en seis turnos a lo largo de todo el verano, con una veintena de menores cada vez. Tal fue el éxito de la iniciativa que todas las plazas se cubrieron a finales del mes de abril.
El campamento infantil se desarrolla también exclusivamente en horario de mañana, así que las tardes son silenciosas en la "Ánxel Casal" salvo que alguien se despierte de la siesta y haga saltar la alarma.