Las Edades del Hombre en Santiago: "no es una colección de cromos es la historia de la hospitalidad"
Santiago acoge por primera vez la exposición Las Edades del Hombre. Hasta noviembre se podrán admirar 180 obras de arte sacro que recorren la hospitalidad en el Camino
Santiago - Publicado el - Actualizado
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"Hospitalitas, la gracia del encuentro" es el título de Las Edades del Hombre que en su vigésimo séptima edición hace parada en Santiago de Compostela. No podía ser de otro modo, porque al visitante de 2024 se le ofrece un recorrido por la hospitalidad y la peregrinación a Santiago, en dos espacios que son también en sí mismos un elemento expositivo más.
En la Cripta bajo el Pórtico de la Gloria se pueden admirar distintas representaciones de Santiago Apóstol, algunas que salen por primera vez de su sede, como un San Jaume llegado desde Mallorca, y otras que tenemos en la propia catedral pero que posiblemente han pasado inadvertidas para mucha gente, como destacaba Daniel Lorenzo, uno de los comisarios de Las Edades del Hombre en Santiago. "Está exposto na capela das Reliquias, e parece que todo é plata... cando aquí se ve grazas á delicadeza da iluminación, se poden apreciar a prata dourada e plata da súa cor". Junto a ella, una selección de imágenes del Apóstol que han cedido para la muestra el resto de las catedrales gallegas, alguna que se ha restaurado expresamente para la ocasión, como la que llega de Mondoñedo.
Ramón Yzquierdo, el otro comisario de Las Edades del Hombre en Santiago, pone el acento en que la elección de las obras no se hizo al azar, ni atendiendo exclusivamente a que salieron del taller o del pincel de autores muy reconocidos: "no es una colección de cromos, porque nos va contando una historia... pero tenemos obras de Murillo, de Berruguete, el Maestro Mateo no podía faltar, Asorey... Es un buen compendio de lo que significa la hospitalidad a través de grandes maestros y grandes imágenes".
La imagen de Asorey , de un San Cristóbal con el Niño es una de las que difícilmente se pueden contemplar fuera de esta exposición, porque está en dependencias del Ministerio de Defensa, en Madrid.
La iglesia de San Martiño Pinario acoge el grueso de la muestra, repartida en ocho espacios que recorren el peregrinaje, la catedral, hospitales y hospitaleros o la labor de las órdenes religiosas. Hay un espacio dedicado a los santos peregrinos, con varias piezas que nos llevan a San Juan Pablo Segundo y a su paso por Santiago de Compostela, entre ellas, el báculo que utilizó aquí en 1989, ahora una reliquia guardada en la Catedral compostelana
La unión entre la muestra y el espacio es especial en San Martiño Pinario, en detalles como la imagen de Cristo resucitando creada expresamente para exponer en el coro de madera del templo.
El visitante, a través de unas gafas de realidad virtual, puede sumergirse además en la experiencia de la llegada de un peregrino a un hospital del camino en la edad media.
Hasta en la salida hay sorpresa, porque se ha recuperado también expresamente para esta edición de Las Edades del Hombre un retablo móvil que comunica la Iglesia y el Claustro del monasterio de San Martiño Pinario, que en su día se empleaba en recorridos procesionales.
Las Edades del Hombre podrá visitarse hasta noviembre, de lunes a domingo de diez de la mañana a ocho de la tarde. La entrada cuesta 10€ y permite el acceso a los dos espacios de "Hospitalitas", en la Cripta y en San Martiño Pinario, y también a la exposición permanente en la Catedral.
En paralelo a la muestra en Santiago, Las Edades del Hombre tiene en esta edición una segunda sede, en Villafranca del Bierzo. Allí, las piezas se exponen en la Iglesia de Santiago y la Colegiata de Santa María. Es posible adquirir una entrada doble, para visitar tanto la exposición de Santiago como la del Bierzo, por el precio de 15€.
Más de 12 millones de personas han visitado las exposiciones que la Fundación Las Edades del Hombre ha puesto en marcha desde 1988, cuando la Catedral de Valladolid acogía la primera de las muestras, con el objetivo de investigar, conservar y difundir el arte sacro de Castilla y León.